En cualquier hogar con niños, el año termina con muchos gastos y comienza con una lista larga de propósitos, entre los que suelen figurar reducir gastos y por tanto, aumentar la capacidad de ahorro de la familia.
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Carro de la compra, ocio, ropa… En todo esto se puede ahorrar. Pero también en energía, algo en lo que muchas personas no se detienen a pensar.
En el portal Dommuss (http://), que nació con el objetivo de facilitar el día a día de las familias con una buena organización, dan claves interesantes para ahorrar en energía, por una cuestión económica, pero también por ecología. Ambas cuestiones están relacionadas.
Yendo de lo general a lo particular, el primer principio que hay que tener en cuenta es el del consumo responsable. Es decir, no consumir más de lo necesario y no malgastar energía. Esto se traduce en:
- No dejar luces encendidas.
- No dejar correr el agua mientras nos cepillamos los dientes.
- Ducha mejor que baño.
- Esperar a poner la lavadora o el lavavajillas cuando estén llenos y no antes.
- Aprovechar la luz natural.
Hay cuestiones importantes a las que hay que dedicarles tiempo y cabeza como el tipo de tarifa que tenemos para ajustarla a las circunstancias de cada familia.
Según Naturgy, en términos generales el desglose del consumo de energía en el hogar es el siguiente:
- 41% se consume en calefacción,
- 26% en agua caliente,
- 23% en electrodomésticos y cocina
- 9% en iluminación.
Dicho esto y teniendo en cuenta que en todos los apartados se puede ahorrar, según Dommuss la mejor manera de ahorrar en calefacción es tener la casa bien aislada. Por eso, invertir en ventanas de buena calidad puede ser un gasto que a medio y largo plazo se traduzca en ahorro.
Pero, además, en el día a día de cualquier hogar hay pequeñas acciones que pueden traducirse en ahorro, además de ir marcando un estilo de vida más sostenible. Por ejemplo:
- No dejar los electrodomésticos en “satand by”
- Comprar electrodomésticos inteligentes, que permiten programar mejor y opciones de ahorro.
- Programar la calefacción para que solo funcione cuando haya gente en casa y se apague cuando adultos y niños estén en el trabajo o en el colegio.
- Controlar la temperatura del hogar: Lo recomendable es tener una temperatura diurna entre 19ºC y 21ºC y nocturna entre 15ºC y 17ºC.
“Nosotras vamos y volvemos del colegio en autobús. Sería más cómodo ir en coche, pero así contaminamos menos”.
“Siempre que mi abuela viene a vernos sube a casa por las escaleras, no por el ascensor. Lo hace para ahorrar energía”.
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Son los comentarios de dos niñas de once y seis años que reconocen que ahorrar y ser ecológico supone un esfuerzo y que en “los mayores” las familias pueden encontrar un buen ejemplo para “vivir con menos”, porque ya lo dice el refrán, “no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”.
Hablamos de pequeños gestos con los que ser más responsables y más sostenibles. Es algo en lo que nos jugamos mucho más que quitarle ceros a una factura. Hablamos no solo de dinero, sino del impacto que tiene en el medio ambiente nuestro modelo de desarrollo.