En imágenes: las bibliotecas monásticas más bellas del mundo

La Sala Sixtina de la Biblioteca apostólica vaticana. Vaticano.

Marzena Wilkanowicz-Devoud - publicado el 26/12/18

Desde Prusia hasta Austria pasando por Praga, Madrid o París, descubre estos tesoros impresionantes

Aleteia te invita a descubrir las bibliotecas monásticas más bellas del mundo. Ocultas detrás de pesadas puertas, atravesadas por escaleras sinuosas y pasillos llenos de estantes, son una de las joyas de la cultura europea.

Verdaderas obras maestras de la arquitectura, estas bibliotecas monásticas albergan en particular las ediciones más hermosas de la Biblia. También conservan muchas obras maravillosamente caligrafiadas realzadas en oro, innumerables libros litúrgicos que desprenden una fragancia de incienso. Los evangeliarios más hermosos están dibujados en letras de plata sobre pergaminos púrpura.

Galería fotográfica

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Tags:

Biblioteca cultura europa historia

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

Done ahora