Algunas han vivido desde su nacimiento sin poder apreciar la diversidad de color. Un vídeo recoge el momento en que su vida se transforma.Seguro que muchos de ustedes conocen a una persona daltónica. Son las que no distinguen entre el color verde y el rojo. La enfermedad les limita un poco en la vida cotidiana, pero muchos de ellos han sabido encontrar pequeños trucos para superarlo: en los semáforos, por ejemplo, se fijan si es la luz superior o inferior la que está encendida.
Sin embargo, hay una enfermedad mucho más grave con respecto a la pérdida de visión, que es la acromatopsia.
¿Usted puede imaginar que un buen día se despierta por la mañana y solo ve en blanco y negro? Es lo que les ha ocurrido -hoy y cada mañana de su vida desde que nacieron- a las personas que sufren acromatopsia. Esta anomalía solo permite que su cerebro capte la imagen y la “lea” en blanco, negro y gris en sus matices.
Este problema (y el del daltonismo) parecía irresoluble pero un grupo de investigadores, que en 2016 pusieron en marcha la start-up En-Chroma, inventaron un producto sencillo: unas gafas que filtran la frecuencia de cada uno de los colores.
En el vídeo que pueden ver a continuación, queda patente la emoción con que las personas con dificultad para captar el color aprecian el momento en que recuperan esta posibilidad. Algo que nos parece tan habitual se convierte entonces en un regalo inmenso.
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