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5 películas de Hollywood sobre el Purgatorio

BEETLEJUICE MOVIE,GINA DAVIS,ALEC BALDWIN
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David Ives - publicado el 20/11/18
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Hollywood se equivoca de lleno con el Purgatorio, la mayoría de vecesYa hemos revisado algunas formas que ha tenido el cine de representar el Infierno. Los cineastas, que nunca dejan que un buen tema se desperdicie, también han especulado de vez en cuando sobre el concepto de Purgatorio. El problema es, dado el estado de confusión generalizada fuera de los círculos católicos (y a veces dentro también) sobre qué es exactamente el Purgatorio, que los esfuerzos por representar ese estado particular del ser han tenido resultados muy aleatorios.

Y no tendría que ser tan difícil. Según explicó el papa san Juan Pablo II en una audiencia general en 1999, “lo que está destinado a Dios debe ser perfecto (…). [Por tanto,] la exigencia de integridad se impone evidentemente después de la muerte, para entrar en la comunión perfecta y definitiva con Dios. Quien no tiene esta integridad debe pasar por la purificación”. Es decir, básicamente, que algunos tienen que hacer una parada técnica en su camino al Cielo para limpiarse primero un poquito, y la Iglesia se refiere a esa parada en boxes como Purgatorio. Fácil, ¿no? Pues aun así, con mucha frecuencia, Hollywood tiende a equivocarse de lleno con el Purgatorio. Revisemos algunos de sus traspiés más interesantes. (Sí, habrá spoilers).

Purgatorio: camino al infierno (1999)

Cuando unos forajidos fugitivos llegan a la pequeña ciudad fronteriza de Refugio, se sorprenden al descubrir que pistoleros del estilo de Doc Holliday y Wild Bill Hickok son quienes dirigen el lugar. Resulta que Refugio es donde terminan los pistoleros muertos para ver si pueden vivir sin violencia durante 10 años. Si tienen éxito, pueden avanzar hasta el Cielo. Si no, bueno, les toca ir al otro lugar. Por desgracia, aparece una pandilla disparando a diestro y siniestro y los ciudadanos de Refugio deben decidir si defenderse y arriesgarse al Infierno o sufrir el abuso y ganarse el Cielo. Con esta disposición, Camino al infierno cae en el error común de considerar el Purgatorio como una segunda oportunidad para ir al Cielo tras la muerte, en vez de una estación de paso para aquellos que ya han superado el listón. No obstante, dejando a un lado la mala teología, la película es un western bastante entretenido.

Beetlejuice (1988)

En Beetlejuice o Bitelchús, como se transliteró el título en España, el matrimonio Maitland muere en un extraño accidente de coche y son devueltos por el poder pertinente como fantasmas para morar su antigua casa durante los próximos 125 años. Molestos por los nuevos propietarios de la casa pero no lo bastante terroríficos como para espantar a los intrusos por sí mismos, los Maitland recurren a los servicios del travieso espíritu Beetlejuice para ayudarles a purgar su hogar de la presencia de los vivos. A continuación, se suceden las risas. Obviamente, la película Beetlejuice no debería entenderse como nada parecido a un retrato fiel del más allá. Aun así, sí logra abordar la idea de que algunas personas buenas no van de inmediato a reclamar su premio final. También gana puntos al señalar que la experiencia de espera podría ser desagradable. Por ejemplo, en Beetlejuice, los culpables de suicidio deben pasar su tiempo de “Purgatorio” trabajando como empleados públicos. Muy chungo.

Gabriel (2007)

Bueno, si de verdad quieres ver algo que malinterprete completamente el Purgatorio, Gabriel es tu película. En el universo de esta película, el Purgatorio es una mugrienta ciudad de pesadilla de película negra llena de almas atrapadas por las que Cielo e Infierno han luchado por controlar desde que el tiempo es tiempo. Ya que el Infierno ha ganado ventaja últimamente, el arcángel Gabriel acude a la ciudad a descubrir qué ha salido mal. Confía en mí, tardaríamos demasiado en explicar todo lo que hay de ridículo en esta película. Basta con decir que cualquier película en la que los ángeles recurran a la prostitución para solucionar algo ha abandonado cualquier intento de conexión con la teología de verdad. Y encima, la película no es ni buena, así de claro.

Atrapado en el tiempo (1993)

Es cierto que en Groundhog Day, su título original, el personaje no muere en realidad pero, al margen de eso, es casi imposible ver este clásico de la comedia de Bill Murray sin pensar una o dos veces en el Purgatorio. Cuando un insatisfecho hombre del tiempo se ve obligado a viajar a Punxsutawney, Pennsylvania, para la celebración anual local del Día de la marmota, encuentra que, misteriosamente, revive inevitablemente el mismo día una y otra vez con resultados, a menudo, de lo más gracioso. Solamente después de reconocer el verdadero estado de su alma y de limpiarse de su estilo grosero y egocéntrico, se le permite a nuestro perturbado protagonista continuar con su vida. Vale, no es exactamente el Purgatorio, pero la idea general está ahí. Por supuesto, probablemente no deberíamos contar con que el Purgatorio real vaya a ser tan divertido.

La escalera de Jacob (1990)

No podrían mencionarse aquí las tantísimas películas que revelan, como inesperado giro final de la trama, que sus personajes estuvieron todo el tiempo en el Purgatorio. Sin embargo, ninguna lo hace con tan buen acierto como La escalera de Jacob. La historia sigue a un desgraciado empleado de correos que no solo está atormentado por los recuerdos de la muerte de su hijo, sino también por fogonazos de visiones de un incidente que apenas recuerda en la guerra de Vietnam. A medida que se desenreda el misterio de lo que le sucedió durante la guerra, nuestro héroe empieza a experimentar visiones de demonios que parecen intentar hacer pedazos su alma. ¿O quizás intentan conseguir otra cosa en realidad? Lo que ayuda a elevar La escalera de Jacob por encima de sus colegas temáticos es que escarba más hondo en el tema que las otras películas. La historia reconoce que no son solo los pecados baladíes los que pueden retener un alma, sino también cualquier apego insano a las buenas cosas de la vida. También de esto último debe liberarse el alma antes de avanzar a la luz eterna.

Y ese es el objetivo último, ¿no? Así que, si los trazos restantes de pecados exigen que algunos de nosotros tengamos que pasar por el Purgatorio en dirección al Cielo, bueno, así sea, incluso si la experiencia termina siendo de algún modo parecida a alguna de las rarezas ideadas por Hollywood. La alternativa seguiría siendo peor.

¿Cómo se debe mostrar el purgatorio? Algunas ideas en el arte:

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