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10 curiosidades del Cristo Redentor de Río de Janeiro

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Adriana Bello - publicado el 29/10/18
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Un ícono del catolicismo de Brasil 1. Su origen. Desde 1850 había un proyecto de construir una escultura religiosa en Río de Janeiro. La idea inicial fue del padre Pedro Maria Boss, quien había quedado maravillado del lugar y le pidió los fondos a la reina Isabella; sin embargo nunca se le hizo seguimiento y allí quedó.

La idea se volvió a retomar cuando faltaba poco tiempo para el centenario de la independencia del país en 1921, fecha en la que se estipulaba hacer alguna gran obra artística a modo de celebración. La iglesia sugirió que fuera un Cristo de bronce, lo que ocasionó controversia porque ya Brasil era oficialmente un estado secular.

Sin embargo, finalmente fue más fuerte el empeño de la iglesia y de los fieles (recordemos también que es la nación con la mayor población católica del mundo), quienes además veían necesario un “recordatorio” de la presencia y protección de Dios, sobre todo después de las noticias que llegaban tras la Primera Guerra Mundial. En 1920 se escogió el diseño del ingeniero Heitor da Silva Costa para coronar la cima del Monte Corcovado.




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2. Un esfuerzo de 9 años. Su construcción empezó en 1922 y terminó en 1931. ¿Por qué tardó tanto? No sólo por sus inmensas dimensiones, sino también porque era un terreno de muy difícil acceso y con mucha vegetación. Asimismo, aunque la iglesia católica dio mucho de los fondos necesarios para su ejecución, también se requirió la colaboración de los brasileños católicos para terminar de recaudar el dinero necesario. Además, hubo muchos cambios en el camino tanto a nivel de diseño como de materiales.

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3. Éste no era su diseño original. Inicialmente, sería una estatua de bronce de Jesucristo alzando una cruz en una mano y un mundo en la otra. No obstante, pronto algunos empezaron a decir que sería como un Cristo con un balón. Por eso Da Silva Costa, luego de consultar con el artista Carlos Oswald, se le ocurrió hacer un nuevo diseño tipo art deco de Jesucristo con los brazos abiertos.

Para lograrlo, buscó al escultor francés Paul Landowsk para el cuerpo y al escultor rumano Gheorghe Leonida para el rostro. También prefirió la piedra esteatita al bronce porque le pareció más resistente y era usada por el escultor del siglo XVIII Aleijadinho, a quien admiraba profundamente.

4. La iglesia en su base. Para celebrar el 75 aniversario de este monumento, se construyó una pequeña capilla en su base. Incluso, hay personas que se han casado allí.

5. La inclemencia del clima. Tanto la lluvia como los fuertes vientos han dañado algunas baldosas de piedra y por eso la escultura constantemente debe ser reparada. Pero uno de los mayores problemas es que, por su forma y tamaño, también es target para los rayos, poniendo en peligro su integridad. Por ejemplo, antes de la Copa del Mundo de 2014, un rayo desprendió la punta de uno de sus dedos. 

6. Renovaciones para bien. Aunque antiguamente había un ferrocarril que te acercaba a la cima, igual había que subir más de 200 escalones, haciendo que el lugar fuera poco accesible, por ejemplo, para personas discapacitadas. En el 2003 se agregaron algunas escaleras mecánicas y ascensores para que la ruta fuera menos complicada.

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7. Fue atacado. En el 2010, un grupo de artistas acrobáticos grafiteros escalaron el Cristo Redentor mientras se encontraba en renovación y escribieron e hicieron dibujos en sus brazos, pecho y cabeza. El alcalde de la ciudad de aquel entonces, Eduardo Paes, lo catalogó como “un crimen en contra de la nación”. Los vándalos terminaron entregándose.

8. ¿Una cruz o un abrazo? Aunque en 1969 el cantante Gilberto Gil haya escrito una canción inspirada en este monumento llamada “Aquel abrazo”, la idea de Da Silva Costa era que la misma figura de Jesús hiciera la forma de la cruz, simbolizando así la redención de la humanidad ante la crucifixión. 

9. Se oscurecerá. Da Silva Costa decidió cubrir la estatua con un tipo de baldosas de piedras claras sacadas de una cantera cerca del municipio de Ouro Preto que, aunque son muy bellas, son muy difíciles de conseguir y no hay una gran cantidad. Por eso se dice que probablemente en el 2020, cuando toque su próxima gran renovación, se tendrá que utilizar un material más oscuro.

10. Una maravilla mundial. En el 2007, millones de personas votaron para que el Cristo Redentor fuera nombrado una de las nuevas 7 Maravillas del Mundo junto al coliseo romano, la Gran Muralla China, entre otros importantes monumentos. Sin duda, un sitial de honor que merecía tanto por su exterior como por lo que representa para los católicos de Brasil y el resto del planeta.

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