La independencia de Chile no se explica sin la devoción de O’Higgins a la Virgen del Carmen
Un 24 de octubre de hace 172 años muere el Libertador Bernardo O’Higgins, uno de los Padres de la Patria de Chile y quien pone la primera piedra del futuro Santuario de Maipú en honor a la Virgen del Carmen. El nacimiento de la patria independiente se encuentra íntimamente ligada a la acción intercesora de María, bajo la advocación del Carmen. O’Higgins la proclamó Protectora de Chile y Generala de los ejércitos de Chile.
“Los líderes del proyecto libertador de América no era solo político, sino que también un fuerte componente cristiano: San Martín ya traía una raíz carmelitana y Mendoza encomendó la expedición libertadora a la Virgen del Carmen e hizo el signo de regalarle su bastón de mando. Bernardo O’Higgins, por su parte, había participado en las novenas de san Agustín, y discierne que su tarea libertadora no es solo un proyecto político, que también es hacer presente un proyecto de Dios con nuestro pueblo”, explica el sacerdote Carlos Cox, rector del Santuario Maipú.
Lo anterior no guarda relación con la creencia popular de que Bernardo O’Higgins era masón. La confusión radica en que el libertador de Chile perteneció a la Logia Lautarina o también llamada de Lautaro. Las características de secreta, similar a los masones, se debe a que buscaba la independencia de los países de América de la Corona Española. Al ser secreta, permitió que los líderes de la independencia de diversos países de América tomarán contacto y se coordinarán entre ellos. Tal es el caso de O’Higgins en Chile, y San Martín en Argentina.
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La independencia de Chile no se explica sin la devoción de O’Higgins a la Virgen del Carmen. Cuando se produce el avance de las tropas realistas, en el territorio se vivía una gran incertidumbre: “Se pensaba que se podía perder lo ganado. Bernardo O’Higgins envía cartas desde Mendoza al Cabildo de Santiago pidiendo oraciones a Dios y a la Virgen del Carmen. En 1817, las autoridades civiles, eclesiásticas, y los vecinos, elevaron en la Catedral de Santiago un voto, por el cual se comprometían a erigir -en el lugar donde se diera la próxima batalla-, un Templo para la Virgen del Carmen.
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Cuando la Independencia de Chile se hace realidad, vuelven al voto y a la promesa de construir un templo a la Virgen, pero esto también se extiende a toda la población sellando así la alianza entre los chilenos y la Virgen del Carmen. “La mayoría de los patriotas como la mayoría del pueblo chileno era muy fiel y tenía la devoción a la Virgen del Carmen de forma muy privada, muy personal. Nosotros en el museo tenemos un escapulario que perteneció a O’Higgins, que lo llevaban las personas devotas de la Virgen del Carmen. De tal manera que la madre de O’Higgins debe haber tenido esta devoción, que era muy extendida en todo el pueblo”, relata el Padre Carlos Cox en una entrevista a El Mercurio.
Para el padre Cox la figura de O’Higgins es claramente una figura de fe: “Siempre aparece Bernardo O’Higgins como no creyente, y era creyente; él manifestó de manera pública su fe y su confianza, junto con su esfuerzo como prócer, como padre de la patria, seguir los caminos que Dios quería”.
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