La procesión en honor a la patrona y un día marcado por una profunda oración por el país sudamericano
Este domingo a lo largo de Chile y en cada parroquia se realizan procesiones de la Virgen del Carmen, patrona del país. Tradición que viene desde 1778, y que desde 1971 se decidió llevarla a cabo el 30 de septiembre, por ser el mes de la Patria, y se incorporó de manera especial el día de la Oración por Chile.
En la Arquidiócesis de Santiago la peregrinación se inicia en el kilómetro 0 de la capital, en Plaza de Armas, donde se encuentra la iglesia el Sagrario (al costado de la Catedral Metropolitana) y desde donde la Virgen del Carmen recorrerá las calles céntricas de la ciudad. Los fieles llevan pañuelos blancos en sus manos para saludar a la “Madre de Chile”, que es escoltada por religiosos y destacamentos de las Fuerzas Armadas (ella además es Generala Jurada de las Fuerzas Armadas y de Orden).
La Cofradía de la Virgen del Carmen, que reúne a todas las camareras de la Patrona de Chile. Son ella las que se preocupan de conservar y vestir la imagen de la Virgen y el Niño; y cumplen a cabalidad con la misión de difundir la devoción a la Carmelita y el amor a Chile. También participan activamente la organización de la procesión de cada año junto al Arzobispado de Santiago.
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.