Tres mil delegados del Ministerio Hispano que representan a más de 165 diócesis de todo Estados Unidos, se reúnen estos días en Grapevine, Texas
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
El motivo es celebrar el Quinto Encuentro Nacional del Ministerio Hispano con la idea de formar líderes –entre 20.000 y 25.000, según el arzobispo de San Antonio, Texas, Gustavo García-Siller– y revitalizar la Iglesia católica de Estados Unidos con la fuerza del catolicismo de raíz hispana.
Los delegados que asisten al Quinto Encuentro provienen de diócesis, movimientos eclesiales, escuelas, universidades y organizaciones católicas de cada uno de los rincones del vasto territorio de la Unión Americana. Su raíz común es su ascendencia hispana y católica.
Largo proceso
Los delegados que llegaron hasta Grapevine fueron escogidos entre 250.000 personas durante los encuentros parroquiales y regionales que antecedieron a esta gran convocatoria nacional.
La misión, lo ha dicho una y otra vez el laico que está al frente del Quinto Encuentro por parte del episcopado estadounidense, Alejandro Aguilera-Titus, es servir de revulsivo a la Iglesia católica en Estados Unidos e integrar la pastoral hispana a las parroquias, de modo que ya no sean como pastorales paralelas, la hispana y la anglosajona, sino una sola.
A Grapevine han llegado cien obispos, un poco más, liderando sus delegaciones diocesana. Y el Quinto Encuentro ha abierto con una larga procesión, un video mensaje del Papa Francisco y –no podía ser menos en estos momentos de crisis por la que atraviesa la Iglesia en Estados Unidos—con una oración por las víctimas de abusos sexuales.
El aporte hispano
“Veo que el Quinto Encuentro es una manera concreta de la Iglesia en los Estados Unidos para responder al desafío de ‘salir’ de cualquier tipo de comodidad, de instalación, y convertirse en fermento de comunión con todos los que buscan un futuro de esperanza, especialmente con los jóvenes y con las familias que viven en las periferias de la sociedad”, dijo el Papa Francisco en su video mensaje.
Y, más adelante, al estilo de Francisco, dejó muy claro cuál debería ser el camino a seguir del catolicismo hispano en su relación con la Iglesia de Estados Unidos, la Iglesia de esencia anglosajona: “Soy consciente, expresó el Pontífice, del aporte que la comunidad hispana ofrece a la vida de la nación, y rezo para que el V Encuentro siga contribuyendo a la renovación de la sociedad y al apostolado de la Iglesia en los Estados Unidos de América”.
Por su parte, el cardenal Daniel N. DiNardo, arzobispo de Houston-Galveston y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos fue el encargado de dar la bienvenida a los participantes y de remarcar la necesidad, la urgencia de la Iglesia católica de ese país de abordar la necesidad de curación y rendición de cuentas provocada por el escándalo de abuso sexual clerical.
Un regalo para la Iglesia
“Como obispos, nos hemos quedado cortos de lo que Dios espera de sus pastores. Por esto, pedimos perdón nuevamente, tanto al Señor como a los que han sido perjudicados, y a ustedes, el pueblo de Dios”, dijo en su intervención el cardenal DiNardo.
Y remarcó que el Quinto Encuentro, dentro de la oscuridad, es una luz que ilumina el camino a seguir de la Iglesia en Estados Unidos; un camino de entusiasmo, de misericordia, de amor y alegría; justamente, dijo DiNardo, lo que ha traído consigo el proceso del Encuentro: “un regalo para nosotros y para reconstruir la Iglesia”
“Se trata de un momento decisivo para los católicos hispanos en los Estados Unidos, pero no solo para ellos. El Quinto Encuentro será un punto de inflexión para la Iglesia Católica en los Estados Unidos, incluso si muchas personas aún no se dan cuenta”, dice Jorge I. Domínguez-López, editor en jefe de publicaciones para DeSales Media Group.
Cifras y realidades
Las cifras del catolicismo hispano, que han sido reveladas por un reciente estudio del Boston College muestran que de los 52 millones de hispanos que viven en Estados Unidos (sin contar millones cuya estancia es ilegal), 68 por ciento son católicos.
De hecho, hay más hispanos en Estados Unidos que en cualquier otro país de habla hispana en el mundo, exceptuando México. Y México es el principal país expulsor –por razones de cercanía e historia compartida– hacia Estados Unidos. De ahí la enorme popularidad de la Virgen de Guadalupe.
Como sucede en México: si 68 por ciento de los hispanos en Estados Unidos son católicos, 95 por ciento de los mexicanos que residen en ese país son guadalupanos. Y Guadalupe está en la raíz del Quinto Encuentro.
Una nueva responsabilidad
“Para mí y para otros hispanos católicos en Estados Unidos, el proceso del Encuentro ha inspirado nuestra fe y nos ha dado un sentido superior de nuestra responsabilidad sobre la misión de la Iglesia en este país y en las Américas”, escribe el arzobispo de Los Ángeles, José Horacio Gómez.
Hay que remarcar que para 2040, según las proyecciones del Pew Research Center, la mitad de los católicos serán estadounidenses de ascendencia hispana. Las ideas y las estrategias que surjan del Quinto Encuentro serán fundamentales para que –como escribe Domínguez-López—la porción hispana de la Iglesia tenga la madurez y la creatividad necesarias para cumplir el papel de una “Iglesia fuente”.
“El Quinto Encuentro será para América lo que la Conferencia de Aparecida — casualmente, también la Quinta– fue para la Iglesia universal: la mayoría de edad de su componente hispano. Ahora el Río Grande desembocará en el Mississippi y el Potomac”, prefigura Domínguez-López.
Y seguramente todos los miembros del Encuentro.