Es difícil y caro encontrar el ingrediente en el país, pero está en todas partesSi algo identifica a un venezolano es su necesidad de comer, al menos, una arepa al día. Un platillo versátil, elaborado a base de harina de maíz precocida, de forma redonda y aplanada, rellena de los más inimaginables preparados. Es todo un arte el amasado y una habilidad el darle forma. El desayuno de un venezolano es a base de arepas, hoy inalcanzables en el país pero increíblemente accesibles en el resto de las naciones de América y Europa.
Actualmente, es vendida en casi 70 países del mundo, ganándose el corazón y los paladares.
Es un alimento nutritivo, sabroso, fácil de comer –no requiere de cubiertos- y perfecto para quienes andan apurados en la calle tanto para aquellos que pueden disfrutar de un desayuno calmo y completo. Con la falta de Harina PAN y visto lo cara que puede costar, en algunos hogares creativos ha sido sustituida por auyama, yuca o plátano. El efecto es el mismo: una preparación que imita la consistencia del maíz, que se asa o fríe en forma redonda y se rellena con diversos preparados a base de carne, pollo, huevo, quesos, frijoles y aguacate.
Todo eso es el deber ser, no lo que ocurre ahora, cuando no hay acceso a los ingredientes. Algo que pone a sufrir a tirios y troyanos buscando la harina a toda hora en todas partes.
Se discute con frecuencia la procedencia originaria de la arepa entre venezolanos y colombianos. Aunque su preparado no es exactamente igual, es el mismo alimento y se consume cotidianamente en ambos países con igual disfrute. También en Panamá, desde siempre.
Algunas fuentes historiográficas sostienen que la palabra arepa proviene de la voz “erepa”, que significa “maíz” para los indios Cumanagotos, una etnia caribe que vivía en el actual estado Sucre -oriente venezolano- para el momento en que llegaron los europeos a Sudamérica. Lo que sí está claro es que se trata de un alimento a base de maíz de origen indígena.
Los españoles, al verla, comentaban sus impresiones. José de Acosta, un viajero filósofo y jesuita español del siglo XVI, las llamó “discos solares”. Pedro Ruiz de Tapia, el contador del rey en Venezuela en 1548, cuenta que las arepas eran racionadas al pueblo y que cada indio recibía tres arepas de maíz al día para el almuerzo y la cena. Ciertamente, esa es la explicación de la presencia tan fuerte de la arepa en nuestro ADN, en nuestra memoria de paladar.
Históricamente no se ha precisado cuál es el territorio exacto donde se cocinó una arepa por primera vez; lo que sí se ha podido definir son fechas muy antiguas de la presencia del maíz en Colombia y en Venezuela. Durante la época precolombina tradicionalmente su preparación estaba reservada para las mujeres. Los budares (*) eran normalmente de barro cocido y las arepas eran de aproximadamente 1,5 cm de grosor, 10 cm de diámetro y 250 gr de peso.
Galeotto Cei fue un explorador italiano del siglo XVI, que en su manuscrito “Viaje y descripción de las Indias” realiza la primera narración de lo que es una arepa.
Pocos saben, ni siquiera los venezolanos, que existe un Día Mundial de la Arepa, el cual se celebra cada segundo sábado de septiembre.
Antes se hacía de maíz pilado, un procedimiento trabajoso que hoy implicaría gran esfuerzo, no obstante se considera casi una exquisitez, hecha de manera artesanal. Empresas Polar, que por varias generaciones ha trabajado la harina de maíz, agregándole nutrientes para una más completa alimentación, lanzó al mercado en 1960 bajo el eslogan “¡Se acabó la piladera!”, la harina de maíz precocida con el nombre de Harina P.A.N. Hoy, es producto emblema para la familia venezolana. Antes de esta debacle, no faltaba un paquete de Harina PAN en cada hogar.
Una tuitera caraqueña escribió en su cuenta: “Imagine que usted se fue del país, que extrañe a su gente… Que camine por una calle de Washington y se encuentre una arepera móvil atendida por su propio dueño y éste sea….” Y sigue el video de Lorenzo Mendoza, heredero de una tradición de trabajo y éxito empresarial, presidente de las Empresas Grupo Polar. La gente de Polar son líderes en producción de alimentos en el país, creadores de la famosa Harina PAN, justo la base para la preparación de las arepas.
Mendoza, un joven empresario detestado por el régimen, luciendo un delantal con el símbolo de su célebre producto, repartía arepas a todo el que pasara desde un simpático bus especialmente acondicionado para hacer arepas, ofreciéndolas a los neoyorquinos, él mismo, acompañado de su familia. Tremenda sorpresa para los transeúntes venezolanos que por allá circulaban!.
Se trata de la iniciativa llamada “¡Arepa P.A.N. Experience food truck!”: esta “camioneta” estará visitará 12 ciudades de Estados Unidos con el fin de que los ciudadanos y visitantes vivan la experiencia de probar este popular plato criollo, dejando en alto la representación de los venezolanos en el exterior. A través de la red social Instagram, la cuenta oficial de P.A.N. US compartió un vídeo donde se observa al presidente de Empresas Polar, Lorenzo Mendoza junto a su familia, repartiendo arepas.
De esta manera, se unió a la experiencia Food Truck en Washington D.C, donde los visitantes y habitantes pudieron disfrutar de deliciosas arepas totalmente gratis y despachadas por el mismo dueño de la compañía.
La arepa es, no cabe duda, lo que identifica, anima, conforta y alienta a los venezolanos en el exterior.-
(*) Plato de barro o hierro empleado para cocer el pan de maíz
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