Mientras crece la hostilidad verbal en un triángulo explosivo (Nicaragua y Venezuela apuntan hacia Colombia), la Iglesia se activa por las inundaciones que tienen varios estados bajo las aguas
El gobierno colombiano, a través de su cancillería, ha rechazado de manera contundente los señalamientos del Daniel Ortega (Nicaragua) de que el gobierno colombiano estaría involucrado en intentos de golpe de Estado en ese país centroamericano. Iguales acusaciones ha proferido Nicolás Maduro desde Venezuela, con ocasión de un supuesto atentado en su contra durante un desfile militar en días pasados.
La estrategia de ambos regímenes es la misma: atacar a Colombia.
Bogotá ha venido aceptando acoger a miles de venezolanos que huyen de la crisis por la que atraviesa su país. El gobierno de Duque ha sido tajante en la manera como se revela decidido a contribuir al regreso de la democracia y la paz en Venezuela, aparte de que su cancillería no pudo ser más clara en la condena a las detenciones arbitrarias y a tortura aplicada por el régimen de Maduro a los presos políticos.
El recién estrenado presidente de Colombia asegura que se enfocará en tomar acciones para resguardar la seguridad de venezolanos que necesitan ayuda humanitaria. La vía sería reforzar el poder militar en la frontera a través de la incorporación de la OTAN, cuya finalidad es garantizar la libertad y la seguridad de sus países miembros por medios políticos y militares.
Te puede interesar:
¿Podrá Duque consolidar la paz y promover la justicia social en Colombia?
Desde el punto de vista político, la OTAN promueve valores democráticos y permite que los miembros se consulten y cooperen cuestiones relacionadas con la defensa y la seguridad para solventar problemas, fomentar la confianza y, a largo plazo, evitar conflictos.
Desde la perspectiva militar, la OTAN tiene un compromiso de resolución pacífica de controversias. Cuando los esfuerzos diplomáticos no dan fruto, la fuerza militar emprende operaciones de gestión de crisis. Estas operaciones se llevan a cabo bajo la cláusula de defensa colectiva del tratado fundacional de la OTAN (Artículo 5 del Tratado de Washington) o por mandato de las Naciones Unidas, por sí sola o en cooperación con otros países y organismos internacionales.
La incorporación de la NATO-OTAN en la frontera se centra en el control de las actividades de narcotráfico del ELN y las FARC, además del reconocimiento de acciones militares en conjunto con el ejército de Colombia y su desarrollo en inteligencia militar con la llegada de buques y drones MQ-9 Reaper , RQ-4 para la vigilancia a distancia, según ha trascendido.
Vale decir que la situación política y militar en Venezuela se complica. Las detenciones de oficiales altos y medios – acusado de conspiración- se ha incrementado en los últimos días. El presidente Maduro ha llegado el extremo de ofrecer, públicamente, hasta lo que no tiene a los uniformados a cambio de lealtad. De igual manera, exigió a los militares abstenerse de frecuentar a sus familiares opositores, al mejor estilo hitleriano, so pena de ver naufragar sus respectivas carreras castrenses.
¿Pero qué pasa con las inundaciones?
Ha llamado “mendigos” a los jóvenes que por necesidad huyen del país. Ha logrado llevar al colapso a más de mil empresas expropiadas a lo largo de los últimos 12 años. Pero no es capaz de asistir a los miles de venezolanos que sufren porque sus pueblos, casas y enseres han quedado 18 metros bajo las aguas, en cuatro estados del país, a causa de la peor crecida del río Orinoco en cuyas cabeceras no para de llover.
Por toda respuesta, la vice-presidenta de la República, Delcy Rodríguez, espetó: “La culpa de las crecidas de esos ríos es de Colombia y del capitalismo”, en una burla sangrienta ante la desgracia de miles de venezolanos.
Ante esta contingencia la Conferencia Episcopal de Venezuela a través de Cáritas se ha solidarizado con los que sufren por las inundaciones en los estados Bolívar, Apure, Guárico, Amazonas y Delta Amacuro, solicitando aportes económicos y en especies para ir en ayuda de más de siete mil damnificados de las inundaciones que afectan desde el pasado 15 de Julio a esas localidades.
“A todos los cristianos y hombres de buena voluntad les pedimos que a pesar de la crisis que nos afecta a todos, hagamos hoy una extensión de misericordia y solidaridad con nuestros hermanos de Amazonas. Ayudemos a que otros sufran menos y demos un gesto de caridad”, se lee en el comunicado difundido para activar la campaña de solidaridad de la Iglesia venezolana.
La Conferencia Episcopal de Venezuela a través de la Red de Caritas está activando una campaña de solidaridad con los hermanos que sufren en Bolívar, Amazonas, Apure y Delta Amacuro y exhortan a los venezolanos y venezolanas a ofrecer su contribución. https://t.co/VXiIStTLbr pic.twitter.com/Qp8o3Xt9ya
— Cáritas Venezuela (@caritasdevzla) August 14, 2018
Una bomba de tiempo que está pronta a estallar es la disposición del gobierno a excluir del precio subvencionado de la gasolina a quienes no porten el llamado “carnet de la patria”. Una forma más de control de la ciudadanía por la vía de la discriminación. La medida aplicaría a partir del próximo lunes. Una clase media depauperada, que cobra en bolívares, deberá cancelar la gasolina a precio internacional. Teniendo en cuenta que el salario mínimo oscila entre Bs. 1.000.000 y Bs 3.000.000 y que llenar un tanque de gasolina requeriría de Bs 160.000.000, sin mencionar el disparo de costos globales que ello implica, el panorama social “combustible” en Venezuela es, sencillamente, aterrador.