Crece exponencialmente el número de ‘runners’. Un deporte muy sano siempre y cuando no altere las prioridades vitales. ¿Dónde queda el interés por la familia y la responsabilidad de las obligaciones profesionales?
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Quizá usted es uno de los muchos que se iniciaron en el running como el famoso escritor Haruki Murakami. Fumaba, le sobraban unos kilos y comenzaba a notar que le faltaba el aire cuando hacía algún esfuerzo.
Al principio quizá tuvo usted que vencer la pereza. Tomó un pantalón de deporte que rondaba por el armario casi sin estrenar, se calzó unas zapatillas con calcetines y una camiseta de algodón de las que acumulaba por si un día hay fiesta inesperada en el barrio, hace falta hacer un poco de bricolaje o hay que ir a una manifestación.
Comenzó una rutina y enseguida notó que se encontraba mejor. Fue así como el running entró en su vida. El caso es que esta misma dinámica es compartida hoy por millones de personas en todo el mundo, desde Japón hasta Madagascar, y desde Oslo a Buenos Aires.
Murakami publicó “De qué hablo cuando hablo de correr” en 2007. Había ya mucha afición en todo el mundo, pero la curva de crecimiento de aficionados al running ha crecido a un ritmo casi exponencial.
En 2014, el porcentaje de varones entre los compradores de zapatillas era de un 72% y un 26% eran mujeres. El resto, niños.
En cuanto a negocio, se ha multiplicado la venta de servicios de fisioterapia, complementos nutricionales, gadgets tecnológicos de medición. Y no para de crecer el número de participantes en los más diversos niveles de carreras: maratones, triatlones, competiciones benéficas… desde la “clásica” de Nueva York hasta deportes más extremos como el trail running. Sin contar con la moda deportiva, de la que Nike, Adidas y Acsis son reinas.
Para encontrarse bien y en forma, los médicos aseguran que es necesario hacer un recorrido de 20 minutos a buen ritmo a diario. Ni siquiera es necesario correr. Pero el running exige más tiempo, y va tomando forma en la vida de aficionado.
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Motivos para salir a correr
Un runner tiene sus motivos para correr, que suelen ser:
- Un cambio de vida.
- Mejorar la salud.
- Frenar el envejecimiento.
- Renovar el entorno social.
Sin embargo, cada vez aparece con mayor frecuencia el perfil de runner que ha situado el deporte por encima de otras categorías en su vida. Todos conocemos a personas -mujeres y hombres- que recortan su tiempo dedicado a la familia para hacer running.
Incluso hay quien convierte el gimnasio y el deporte en el foco principal de su actividad: ha pasado de buscar una motivación a engancharse como a cualquier adicción.
¿Quiere saber si su dedicación al running es ordenada con respecto al resto de facetas de su vida? Puede responder a las siguientes preguntas:
Al acabar de responder a estas preguntas, uno puede extraer conclusiones porque ya sabe si para él correr es sinónimo de huir o, por el contrario, de acometer y ser proactivo.
Cada jornada, en la carrera, ha de ser para nosotros un paso en positivo, hacia delante.