Participó de una intervención comiendo una torta hecha con la forma de Cristo crucificadoEnrique Avogadro es ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires desde diciembre de 2017. Lleva menos de un año en su cargo, pero muchos creen que ya debe ser desplazado por haber participado de una intervención artística de muy mal gusto y ofensiva para la religión.
Avogadro, durante la inauguración de la Feria de Arte Contemporánea Argentina FACA, participó de una intervención comiendo una torta hecha con la forma de Cristo crucificado. La obra, de muy mal gusto y claramente ofensiva para gran parte de los creyentes, es obra de Pool&Marianela, una dupla de artistas trasgresores que ya habían causado polémica a partir del lanzamiento de una muestra de imágenes de la cristiandad realizadas con muñecas barbies.
En un video viralizado en redes, Avogadro aparece no sólo en el lugar particular de la muestra con uno de los responsables, sino que además come y se muestra riéndose mientras lo hace. No hay responsabilidad del funcionario en la organización del evento, como el mismo Avogadro aclaró, y tampoco es la única autoridad que asistió al menos a la inauguración. Pero sí es el de mayor relevancia que se ve participando activamente de esta intervención, parte de una feria que contaba con varios stands y espacios, y tuvo lugar entre el 25 y 28 de mayo en el Hipódromo Argentino.
"En Argentina, el político come un pastel con la forma de Jesucristo", dice Il Messaggero de Italia. "El político" es Enrique Avogadro @eavogadro, Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires https://t.co/MvzYkD1PvK pic.twitter.com/Tfu1Bu9jDK
— Agencia El Vigía 🇦🇷 (@AgenciaElVigia) May 28, 2018
El ministro tiene a su cargo la responsabilidad, entre otras funciones, de fomentar y estimular la creación artística, y de promover las actividades culturales de interés comunitario. Muchos en redes sociales, muchísimos, entienden que participando en actividades como las que participó, no desempeña de la manera deseable para un funcionario público esos deberes.
Avogadro pidió disculpas sobre la noche, aunque no puso a disposición su renuncia. “Lamento el malestar que me transmitieron muchas personas a las que quiero y respeto”, expresó en redes sociales, y argumentó que cree que el lugar del arte es muchas veces “precisamente el de incomodarnos y sacudirnos”.
“Entiendo por otro lado que los funcionarios tenemos un rol que trasciende lo personal, y por lo tanto, somos responsables de nuestras intervenciones. Es por eso mismo que quiero disculparme”, concluyó. Pero por el nivel ofensivo de la muestra de la que activamente participó, y que visiblemente encontró al menos divertida, muchos esperaban un gesto más contundente.
Hace varios años, cuando una muestra del artista León Ferrari tuvo lugar en Buenos Aires y el arzobispo era el cardenal Jorge Bergoglio, el hoy Papa Francisco expresaba: “Hace algún tiempo se vienen dando en la Ciudad algunas expresiones públicas de burla y ofensas a las personas de nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Virgen María; como asimismo diversas manifestaciones contra los valores religiosos y morales que profesamos. Hoy me dirijo a Ustedes muy dolido por la blasfemia que es perpetrada en el Centro Cultural Recoleta con motivo de una exposición plástica. También me apena que este evento sea realizado en un centro cultural que se sostiene con el dinero que el pueblo cristiano y personas de buena voluntad aportan con sus impuestos”.
Las palabras del cardenal Bergoglio bien pueden servir para comprender la gravedad de la participación del funcionario responsable de velar por el arte y la cultura en la ciudad en semejante exposición. En ese mismo mensaje, el Papa daba una clave que también bien puede servir hoy para seguir adelante sabiendo que nuestro Señor, y en el Señor todos los cristianos, es agraviado: “Jesús ya nos había advertido que sucederían estas cosas y, con mucha ternura, nos dijo que no tuviéramos miedo, que somos su pequeño rebaño, que perseveráramos en la lucha por la fe y en la caridad, esperando en El, orando con verdadera confianza de hijos al Padre que nos quiere. Frente a esta blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad les pido que, todos unidos, hagamos un acto de reparación y petición de perdón”.