“No se trata solo de abrir la boca, sino de abrir las mentes”
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El maíz, el trigo y la caña de azúcar sirven de insumo para producir envases de plástico fabricados a partir de materias vegetales. Y es que del almidón del maíz es posible obtener el ácido poliláctico (PLA), un material muy parecido al plástico con la diferencia de que en su elaboración no se utilizan derivados del petróleo. ¿Es posible obtener entonces plástico biodegradable?
Un grupo de prósperos empresarios peruanos lanza una propuesta para conseguir la degradación del plástico al cabo de 6 o 8 meses. De esta forma la industria peruana gastronómica busca reducir la contaminación en los océanos. ¿Se puede consumir plástico sin contaminar el mar?
Se trata de producir plástico compostable, es decir que este material puede convertirse en abono para las plantas, cuando se desecha. Optar por productos que provengan de la tierra y puedan volver a ella es la solución que encontró George Capristán, para dejar de producir utensilios de plástico descartables, que ensucian los océanos y enferman los animales marinos. El joven empresario peruano está interesado en devolverle la salud al planeta.
Plásticos orgánicos
Los perniciosos sorbetes, vasos, platos y envases de plástico o de tecnopor podrán ser desplazados por este tipo de plástico orgánico. En todo el mundo la industria gastronómica es una fuente importante de basura plástica, situación que es particularmente notaria en el Perú.
Productos que usamos en unos minutos, pero que tardan en degradarse cientos de años abundan en los océanos del mundo. Según el Instituto de Estadística e Informática (INEI) cada día en el país se abren 56 empresas que brindan servicios de comida. En 2016 existían en el país 159. 795 empresas de este tipo, incluso sin tener en cuenta el sector informal, con puestos de comida ambulante que resultan incontables.
¿El boom gastronómico que impulsó nuestra economía podría convertirse en una amenaza para los ecosistemas peruanos?
De los 10 productos plásticos encontrados en las intensas jornadas de limpieza llevadas a cabo desde hace dos décadas por el “Instituto Vida” en el litoral peruano, al menos cuatro provienen de los negocios de comidas.
¿Cómo nació la iniciativa?
Están por todos lados, en los patios de comidas, pollerías chifas o cualquier restaurante que ofrezca comida para llevar. En los cafés, juguerías y bares. Son toneladas de basura plástica. Solo en Lima y Callao se producen 886 toneladas de basura plástica al día.
“Cuando llevábamos comida a los pobladores afectados por el fenómeno de El Niño costero en el país, surgió una preocupación en nosotros sobre a dónde irá a parar tanta tonelada de basura plástica ?, ¿habrá posibilidad de transportar comida de otro modo?”, se pregunta Arturo Alfaro joven empresario que empieza esta nueva aventura de dar batalla al plástico en el Perú.
Sendos proyectos de ley y propuestas del ejecutivo se presentaron en las últimas semanas ante el congreso de la República para hacer viable sanciones, así como prohibiciones a quienes expendan estos productos plásticos. Estos jóvenes peruanos consideran que no solo es efectiva la prohibición sino también las propuestas de los ciudadanos consumidores finales de estos productos.
Consumo responsable
“Este será un cambio progresivo”, advierte el joven peruano, quien ya ha logrado introducir más de 30 productos para el negocio de alimentos y bebidas. Todos están elaborados a base de PLA, a partir del almidón del maíz peruano. Vasos para bebida caliente producidos de fibra de trigo y de papeles ecológicos, platos de fibra de trigo en diversos tamaños, del mismo modo contenedores para llevar comidas hechos de una hierba denominada Silver Grass.
“Los ciudadanos debemos convertirnos en promotores del consumo sostenible”, comenta Rayda Romero, a la prensa peruana. Como lo hace esta joven, quien visita colegios, municipios y diversas instituciones mostrando su contenedor de comida exenta de estireno que contiene el tecnopor en su fabricación, posible agente cancerígeno según la OMS.
El contenedor de comida que ofrece Rayda está elaborado a base de bagazo de caña de azúcar el mismo material del que están elaborados los sorbetes que produce Capristán. Los jóvenes peruanos coinciden en que es necesario acercar a la industria gastronómica en el Perú nuevas alternativas de consumo pensando siempre en el bienestar de los mares y océanos.