Los “hiperpadres” son tendencia hoy. ¿Tus conductas como padre te acercan a la hiperpaternidad?En su libro “Hiperniños”, Eva Millet cuenta una anécdota muy característica de nuestro tiempo, el testimonio de una profesora de niños pequeños que cuenta como los niños después de caerse en el patio no se levantaban.
Eran niños acostumbrados a que sus padres corrieran a alzarlos y por eso se quedaban allí esperando. Es así cómo estamos criando a nuestros hijos: aunque tengamos la mejor de las intenciones, les hacemos creer que no se pueden levantar por si solos.
La hiperpaternidad es la nueva forma de criar, y cuando leemos acerca de ella nos damos cuenta de que realmente es la forma socialmente aceptada por la mayoría de los padres modernos.
Aquí alguna de sus características según Millet:
- Los niños se encuentran en un altar: como afirma la antropóloga norteamericana Meredith Small, ya no existe el culto a los antepasados, sino el culto a la descendencia. Los niños son el centro del hogar, el centro de las miradas y las conversaciones.
- Quieren remover todas las dificultades de sus vidas: así como las máquinas que quitan nieve, así pasan los padres por delante del camino de sus hijos, quitando todo lo que pueda molestar o hacer más difícil su recorrido. Son padres que intervienen en conflictos de niños, o que piden a las maestras o entrenadores que no pongan retos tan difíciles para sus hijos.
- Padres que están al servicio de sus hijos: así como los “padres bocadillo” que menciona Millet en su libro, que van persiguiendo al niño con el bocadillo por el parque para que pueda meter un mordisco cuando lo desee. También son padres que hacen los deberes de sus hijos, que cargan sus mochilas o recogen su habitación. Son incapaces de exigir al niño que cumpla con sus responsabilidades y siempre están a su servicio.
- Quieren garantizar una niñez mágica: y es por esto que acuden a cualquier medio para lograrlo. Cumpleaños de fantasía, viajes a cualquier sitio, los mejores juguetes o los últimos gadgets de tecnología son algunos de los recursos que utilizan para asegurar una niñez feliz. También se consideran su sistema de entretenimiento, y cargan con la responsabilidad de que sus hijos no se aburran.
Al ver estas características podemos reconocernos en algunas de ellas, e incluso justificarnos viendo a nuestro alrededor y reconociéndolas en todos nuestros conocidos.
La dura realidad es que, como afirma Millet, sobreproteger a nuestros hijos es desprotegerlos, ya que estamos criando niños frágiles e inseguros que carecen de autonomía.
Y a la vez estamos educando niños que se sienten que son el centro del universo, y que tienen expectativas demasiado altas cuando llegan a la edad adulta.
Alejarnnos de las conductas de lahiperpaternidad” requiere madurez y reconocer que “soltar un poco” en la crianza, aunque en principio nos pueda hacer sentir como padres despreocupados, es lo que nuestros hijos necesitan para aprender a enfrentarse al mundo.