“Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida”. Pitágoras
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Hoy en día sí que no podemos decir que nadie nos ha enseñado a ser padres porque vaya que tenemos un enorme abanico de herramientas y posibilidades que hacen que esta labor sea más sencilla y asequible.
Si bien cada individuo es único y con necesidades muy específicas, en asuntos básicos la educación podríamos decir que es universal.
La magia radicará como padres en saber educar – “educere”- sacar desde dentro hacia fuera lo mejor de cada uno de nuestros hijos.
Formarles, forjarles, dirigirles es una maravillosa aventura en la que no vamos solos.
Pero, ¿cómo saber si los estamos criando bien?
Existen padres – que a mí opinión son la gran mayoría- que han hecho una labor maravillosa.
Hay 7 señales características de niños bien criados por estos padres que el psicólogo clínico y escritor Nadene van der Linden observó en sus años de práctica.
¿Cuáles son? Pincha en la Galería
Ahora está el otro lado de la moneda. Enunciaré las señales de que cómo padres tienen un área de oportunidad considerable, no para qué se juzguen temerariamente, sino para que observen y hagan los cambios pertinentes.
Si sus hijos no ayudan en casa; hacen berrinches frecuentes dentro y fuera del hogar al grado que todos les voltean a ver; le ruegan para que les obedezca y les haga caso; siempre quiere más y vive insatisfecho y en queja; les ignora y tampoco presta atención a reglas básicas de convivencia y comportamiento; es controlador y le gusta manipular a los adultos; es chantajista y solo entiende por medio de sobornos…
Bueno, la lista puede seguir… pero esto no es para que tiren la toalla o se sientan un padres fracasados. No. Es simplemente para que vean que aún hay mucho bueno que pueden hacer y que quizá sería bueno buscar apoyo externo con especialistas en la materia.
Recuerden que ustedes son los padres y que si se los confió es porque sí pueden con esta gran responsabilidad. Es cuestión de voluntad, querer hacerlo bien y para ello pueden formarse sobre lo que consideren necesario. Como dije antes, se trataría de reforzar las áreas de oportunidad y no es un imposible.
Amar es educar y educar es amar. La educación es por esencia un acto, un proceso dinámico que nace con el hombre y muere con él. Sus hijos tienen a los mejores educadores, maestros a los que llaman papá y mamá.