Las mujeres, principal objetivo de un país que está en el lugar 18 de 52 naciones con mayor población en condición de esclavos
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No en balde el Papa Francisco tiene el tema entre ceja y ceja. No en balde ha sido tajante y no quita el dedo del renglón. Son los grandes flagelos que azotan a la humanidad, provocados por la humanidad misma. Da espanto enterarse de cómo puede aprovecharse la necesidad y la indefensión para lucrar con el sufrimiento y la degradación. Venezuela, demuestra que los desvelos del pontífice se justifican. También su indignación.
Las cifras son elocuentes. Los casos reportados pasaron de 50.000 en 2014 a 198.800 en 2018, según un informe elaborado por la Embajada del Reino Unido en el país, la Asociación Civil Paz Activa y el Observatorio de Delito Organizado. Y cada vez es mayor el número de venezolanos susceptible de caer en una red trata de personas. El crecimiento en las cifras de casos de víctimas de esclavitud moderna, que incluye trabajo forzoso, servidumbre y prostitución.
El Papa Francisco ha movido mucho este tema, entendiendo que es una de las principales modalidad de la esclavitud moderna. Es uno de sus caballos de batalla y en la apertura del pre-Sínodo, retumbaron las duras palabras del Pontífice contra los clientes de las mujeres explotadas por la trata. Instó a los jóvenes a que trabajen por la dignidad de la mujer.
“En 2 años aumentó 300% el número de casos de víctimas de esclavitud moderna, específicamente, la trata de personas. Hasta 2018 tenemos un registro de 198.800 víctimas; si se revisa el comparativo del período anterior, 2014-2016, se proyecta que en los próximos 2 años podrían contarse 600.000 venezolanos víctimas de esclavitud moderna, si este ritmo no se detiene”, advirtió Beatriz Borges, directora del Centro de Justicia y Paz.
La razón es la migración forzada. En Venezuela hay una emergencia humanitaria de la cual la población huye. No todos cuentan con respaldo más allá de las fronteras, no todos se van con trabajo asegurado y no todos llevan un título bajo el brazo. El éxodo incluye todas las clases sociales, incluso los más humildes, esos de los cuales la revolución se vale para sustentar su legitimidad, se van en grandes contingentes por las fronteras de varios países. La revolución tampoco funcionó para ellos. Especialmente las madres que deben responder por sus hijos -y las hijas jóvenes- son primordialmente presas de la trata de personas.
Venezuela se encuentra en los primeros lugares de prevalencia de trata de personas en el mundo. Según el Índice Global de Esclavitud de la Fundación Walk Freeda de 2016, el país está ubicado en el lugar 18 de 52 naciones con mayor población en condición de esclavos. Es el segundo de Suramérica con más registros, solo superado por Perú; es el cuarto de todo el continente y, en un espectro más amplio, supera a Zimbabue, Kenia y El Congo en cuanto a la vulnerabilidad. De las 198.900 víctimas venezolanas, 70% son mujeres y 25% niños de edades comprendidas entre los 7 y 14 años.
El problema anda por todo el continente pero el brutal incremento en Venezuela sin duda obedece a la emigración obligada y multitudinaria.
El Santo Padre fue especialmente duro cuando abordó el tema: “Quienes hacen esto son criminales […] ¡Eso es torturar a una mujer!”, dijo sin medirse en su condena el lunes 19 de marzo de 2018 en Roma en la sede del Pontificio Colegio Internacional María Mater Ecclesiae durante la apertura del pre – sínodo: Jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.
El que tenga oídos, que oiga.-