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Solamente Oscar Romero puede traer la paz a El Salvador

OSCAR ROMERO
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Jaime Septién - publicado el 24/03/18
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A 38 años del asesinato del arzobispo Romero

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Hoy sábado 24 de marzo se cumplen 38 años del asesinato del arzobispo de San Salvador, beatificado ya y próximamente canonizado, Óscar Arnulfo Romero, bautizado por el pueblo como “San Romero de América” por su cercanía con el pueblo pobre de El Salvador, en medio de la violencia y el desprecio.

En odio de la fe

Nombrado arzobispo de San Salvador durante los últimos años de pontificado de Pablo VI, en 1977, monseñor Romero firmó su sentencia de muerte al denunciar, reiteradamente, los atropellos de que estaba siendo objeto el pueblo pobre de El Salvador por parte de las oligarquías y las fuerzas paramilitares aliadas.

A menudo, sus programas semanales de radio eran la única voz cercana al pueblo y el único espacio, dentro de los medios de comunicación salvadoreños, en donde la gente podía escuchar las atrocidades que se estaban cometiendo en el país.

Su muerte a manos de los Escuadrones de la Muerte, a los 62 años de edad, mientras oficiaba una Misa en la capilla del hospital de cáncer con las hermanas de la Divina Providencia en San Salvador, catapultó el estallido de un largo conflicto armado que, por doce años (1980-1992) enlutó a miles de hogares del pequeño país centroamericano.

Si bien es cierto que desde el mismo día de su muerte el pueblo fiel de El Salvador, y después de toda América Latina, lo proclamó santo, el proceso diocesano para su causa se abrió hasta 1994, dos años después de haberse firmado los acuerdos de paz de una guerra civil que Romero profetizó si no paraban los Escuadrones de la Muerte de asesinar opositores al régimen.

Su beatificación se proclamó con un decreto en el que se reconocía el martirio de monseñor Romero “in odum fidei”, es decir, que fue asesinado por “odio a la fe” y por tanto no había necesidad de un milagro. Pero esto no fue de inmediato. Desde 1997 hasta 2005, el proceso de beatificación estuvo estancado. Fue bajo el pontificado de Benedicto XVI cuando se reactivó.

Francisco aceleró el proceso

Sin embargo, sabedor de la fuerza del testimonio de monseñor Romero, el Papa Francisco, prácticamente desde el inicio de su pontificado, ha acelerado tanto la beatificación (23 de mayo de 2016, presidida por monseñor Angelo Amato en San Salvador) como el 6 de marzo pasado la canonización (cuya fecha está aún por definirse).

El postulador oficial de la causa de monseñor Romero, el obispo italiano don Vincenzo Paglia, ha explicado recientemente las causas de la oposición a la canonización de monseñor Romero –oposición que, incluso, ha llegado a las amenazas—y ha llegado a la conclusión de que, para muchos, llevar a la santidad al arzobispo de San Salvador era tanto como llevar la Teología de la Liberación a los altares.

Sin embargo, Paglia ha llegado a la conclusión de que “tenía que llegar un Papa latinoamericano para canonizar a una personalidad como Romero”. Una de las primeras alocuciones del Papa Francisco con los periodistas, a tres días de haber iniciado su pontificado, fue aquel deseo de una iglesia pobre y para los pobres. Exactamente como Francisco piensa de la Iglesia que defendió con su sangre monseñor Romero.

Para la canonización, sin embargo, era decisivo reconocer un milagro por su intercesión. Monseñor Paglia, también presidente de la Academia Pro Vita y gran canciller del Instituto Juan Pablo II, confirmó que el milagro que ha servido para hacer santo a Romero fue el de una mujer salvadoreña embarazada a la que habían dado pocos días de vida y la practicaron una cesárea para, al menos, salvar a su hija. Su marido, que no era muy creyente, encontró una imagen de Romero y comenzó a rezar y no solo se salvó la niña, sino que también su mujer sanó.

Un regalo de Dios

Otro actor importante en este proceso de canonización ha sido el obispo auxiliar de San Salvador, el cardenal Gregorio Rosa Chávez. Secretario de Romero cuando su asesinato, en una reciente visita a Los Ángeles (California), donde reside una numerosa colonia salvadoreña, subrayó que la canonización de Romero “es un regalo de Dios” y un revulsivo para lograr la paz y la reconciliación en El Salvador.

Rosa Chávez reveló a Ángelus News que los obispos de El Salvador pidieron al Papa Francisco cómo prepararse para la canonización de monseñor Romero, a lo que el pontífice argentino respondió que hay tres formas: “Primero, conociendo al arzobispo Romero. Muchos nunca han leído sus homilías. Segundo, siguiendo su ejemplo. Tercero, al aprender a invocar su intercesión, rezarle”.

Un segundo punto que ilusiona a Francisco es que Romero puede interceder para lograr la paz en el país. “El país puede hacer cosas que son imposibles. Somos el país de las cosas imposibles, un país de sorpresas que pueden surgir de las cenizas, que puede hacer posible la paz, con Romero al frente”, dijo monseñor Rosa Chávez a Ángelus News.

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