La zona del Baix Segre (Bajo Segre), en la provincia de Lleida (España) se ha convertido en una atracción natural gracias a la floración de los campos de melocotoneros, que convierten grandes extensiones de territorio llano en un mar de color rosa. Concretamente hay seis pueblos donde ser protagonista del turismo floral: Aitona, Torres de Segre, la Granja d'Escarp, Soses, Seròs y Alcarràs. Pongan en marcha su gps.
Este espectáculo es comparable al de otros puntos geográficos como la Provenza francesa con sus campos de lavanda, la Toscana italiana con campos de trigo, Japón durante los días en que pueden verse los cerezos en flor, el Valle del Jerte en Extremadura (España) o la Alcarria (Guadalajara, España) en el área de cultivo de lavanda.
Un mar de color rosa
Cada paisaje ofrece una nube de color diferente en torno al comienzo de la primavera: amarillo dorado en el caso del trigo combinado con verdes, malva-lavanda gracias a la hierba aromática, y el blanco rosado por los cerezos. Pero para el viajero ha surgido un nuevo objetivo: el rosa de los melocotoneros.
El Bajo Segre está situado al sur de la ciudad de Lleida (con estación de tren de Alta Velocidad entre Madrid y Barcelona). Los pueblos están regados por las aguas del río Segre, afluente del Ebro que lo alimenta con los deshielos del Pirineo, por el canal de Seròs, el pantano de Utxesa y por las acequias.
Es una tierra muy fértil, que da gran cantidad de frutas para el mercado europeo: peras, manzanas, nectarinas y melocotones, higos, albaricoques, paraguayos...
Sin embargo, esta zona rural agrícola había permanecido fuera del circuito turístico hasta que alguien se percató de que la belleza del paisaje podía ser compartida por todos.
Una escapada para contemplar el paisaje de los melocotoneros en flor contiene todos los ingredientes para que sea un viaje con éxito para un turista amante de la ecología. La zona es tranquila, permite el contacto con la naturaleza y el ambiente de la comarca es de gentes acogedoras, por lo que es muy agradable viajar en coche o bicicleta por los pueblos y parar en los típicos "cafés" para tomar algo.
En avioneta, autocar o globo
En los días de floración es posible visitar esta zona en autocares y también en avioneta, combinando el paisaje con la excelente oferta gastronómica. Este año es recomendable hacerlo antes del 30 de marzo, ya que la floración tiene una fecha de caducidad muy variable, en función de la climatología.
Para los más aventureros también es posible la excursión en globo aerostático, que dura 1 hora y 15 minutos, y cuesta aproximadamente 150€.
Una visita a la Virgen de Carrassumada
Uno de los puntos desde donde se pueden obtener mejores vistas del paisaje es el monte donde se encuentra la ermita de la Virgen de Carrassumada. En su interior se venera la preciosa imagen de Nuestra Señora encontrada en la Edad Media por un pastor entre unos matorrales.
Se trata de una Virgen negra de pequeñas dimensiones, cubierta de plata sobredorada. Hay una gran devoción popular en la zona a la Virgen de Carrassumada y en mayo se celebra una jornada de fiesta en su honor.
Información y reservas: para organizar el viaje, es recomendable visitar Fruiturisme, la web que ha creado el Ayuntamiento de Aitona.
Viaje en globo aerostático: se puede contactar con la empresa Viajes Kontiki.