Una emotiva ceremonia en el cementerio sur de Quito, un gran gesto de amor y una obra de misericordia
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Este martes 13 de marzo no fue un día más para quienes participaron de una emotiva ceremonia en el Parquesanto Jardines Santa Rosa, un cementerio del sur de Quito, Ecuador.
Fue ahí donde varias personas se congregaron para darle sepultura a “40 bebés entre 10 semanas de gestación hasta recién nacidos, luego de que fueran abortados en distintos lugares y diferentes circunstancias”, según reproduce la Arquidiócesis de Quito, que a través de la Pastoral Familia estuvo detrás de la iniciativa.
Efectivamente, por segunda vez se llevó a cabo esta inhumación enmarcada dentro del proyecto “Bebés al cielo”, un proyecto que se desarrolla en convenio con el Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio del Interior y que representa un verdadero gesto de “memoria para con los no nacidos”.
En ese sentido, varias personas, quienes luego de un llamado local de la Arquidiócesis adoptaron espiritualmente a estos pequeños para darles sepultura, cargaron las cajitas blancas con los restos de estos fetos y recién nacidos que estaban en la morgue “sin ser reconocidos ni reclamados por nadie”, indica La Hora en base a EFE.
Junto a esta ceremonia también se colocó la piedra fundamental del monumento de recuerdo “A los No Nacidos”.
Sepulturas en 2017
No es la primera vez que se lleva a cabo esta iniciativa. En el año 2017 fueron “51 fetos y cadáveres de recién nacidos que fueron hallados en basureros, baños y barrios capitalinos que recibieron sepultura” en el mismo cementerio, recuerda El Comercio.
“Nos enteramos a través de los medios de comunicación de cuatro niños que habían sido abandonados. Empezamos a investigar y nos encontramos con que no eran los únicos. Había 91 bebés en la morgue. Es entonces en el 2016 que nace nuestra intención de darles una digna sepultura”, explicó en esa oportunidad a El Comercio Amparo Medina, responsable del proyecto impulsado por la pastoral familiar de la Arquidiócesis de Quito.
También dio su testimonio a ese medio María Mercedes Álvarez, una mujer que decidió ser madre adoptiva de uno de estos pequeños abandonados para darle sepultura luego de la convocatoria para tales fines.
“Yo perdí dos bebés en abortos espontáneos y sentía la necesidad de expresar mi amor a estas criaturas que por diversos motivos fueron abandonados”, expresó. En el caso de lo acontecido en 2017, la ceremonia comenzó con una emotiva misa y al igual que este año se transformó en una iniciativa cargada de profundo dolor, pero al mismo tiempo de respeto y de memoria hacia el no nacido: un verdadero gesto de amor en Ecuador.
Con información de Arquidiócesis de Quito, El Comercio y La Hora