A lo largo de la historia, el ayuno y la abstinencia han tenido un rol fundamental en la vida del creyente. En el Antiguo Testamento, Moisés y Elías ayunaron por 40 días y 40 noches, sin tomar ninguna clase de alimento. En el Nuevo Testamento Cristo se retira y ayuna 40 días en el desierto dónde es tentado por el demonio Mt. 4:1-11.
La Cuaresma es el período de oración y penitencia en la Iglesia católica para prepararse para celebrar dignamente el misterio de la redención de Cristo.
Los primeros cristianos comenzaron a ayunar por tres días a partir del Jueves Santo recordando la siguiente cita del evangelio:
Con el pasar de los siglos, apegados a la Tradición de la Iglesia, ermitaños, monjes, los Padres del desierto eran devotos a practicar el ayuno y la abstinencia (no comer carne) como mortificación del cuerpo en constante penitencia para expiar los pecados.
En la Edad Media, se comenzó a observar las Cuatro Témporas, tiempos estacionales consagrados especialmente a la plegaria y a la penitencia:
Sólo que abstenerse de la carne en estos momentos en algunos países no era tanto un consejo moral, sino una obligación, bajo pena de arresto.
Al final no quedaba muy en claro cuándo hacer abstinencia y ayuno, por qué hacerlo, si era una obligación o sólo una usanza.
Es el papa Pablo VI con la Constitución Apostólica Paenitemini en el 1966 quien logra expresar de modo sistemático y preciso todo sobre la cuestión de la práctica penitencial de la abstinencia y el ayuno.
Aclara que es: una actitud interior de "conversión" es decir, de reprobación y alejamiento del pecado y de acercamiento hacia Dios. Se priva del alimento y se despoja de sus propios bienes (el ayuno va generalmente acompañado de la oración y de la limosna) … un acto religioso personal, que tiene como término el amor y el abandono en el Señor ayunar para Dios, no para sí mismo.
También precisa que: la Iglesia… quiere indicar en la tríada tradicional "oración—ayuno—caridad" las formas fundamentales para cumplir con el precepto divino de la penitencia.
Por lo tanto para hacer una buena penitencia, la abstinencia y el ayuno deben ir acompañados siempre de la oración constante y de las obras de caridad.
En la misma constitución Pablo VI establece y declara en diez puntos las leyes que regirán al buen cristiano a una piadosa práctica de la penitencia, como por ejemplo:
La ley de la abstinencia prohíbe el uso de carnes, pero no el uso de huevos, lacticinios y cualquier condimento a base de grasa de animales.
La ley del ayuno obliga a hacer una sola comida durante el día, pero no prohíbe tomar un poco de alimento por la mañana y por la noche, ateniéndose, en lo que respecta a la calidad y cantidad, a las costumbres locales aprobadas.
A la ley de la abstinencia están obligados cuantos han cumplido los 14 años.
A la ley del ayuno, en cambio, están obligados todos los fieles desde los 21 cumplidos hasta que cumplan los 59.
En cuanto respecta a los de edades inferiores, los pastores de almas y los padres se deben aplicar con particular cuidado a educarlos en el verdadero sentido de la penitencia.
Si quieres saber más sobre la penitencia te invito a leer toda completa la Paenitemini