2 de cada 10 niños sufren acoso escolar. Desde el aula se pueden realizar algunas de estas dinámicas para reducir y prevenir los casos de acoso. El acoso escolar o “bullying” se ha convertido en un tema social importante en las aulas de todas las escuelas a nivel mundial. Aunque siempre ha existido el acoso escolar, la velocidad de la información, la hiperconexión de nuestros jóvenes y la proliferación de las redes sociales ha tornado esta problemática en una lucha que parece imposible de ganar.
Según un estudio realizado por la UNESCO y publicado a principios de año, el 20% de los alumnos, es decir, dos de cada diez, sufren acoso escolar ya sea de forma física o verbal. Además, un 34% de los niños entre 11 y 13 años dicen haber sufrido acoso a lo largo de los meses precedentes al estudio, mientras que un 8% lo padecen a diario.
Los padres pueden hacer muchas cosas en el hogar para prevenir el “bullying”. La mayoría de estas acciones implican una comunicación efectiva y la educación en valores como la empatía, generosidad y lealtad.
Desde el aula también se pueden realizar algunas dinámicas que reduzcan o prevengan los casos de acoso. Aquí varios ejemplos que se pueden aplicar:
- Mapa de los alumnos: esta actividad fue ideada por la maestra Kathy Pitt y consiste en hacer que los alumnos respondan una serie de preguntas como: quiénes son sus mejores amigos, con quién se desearían sentar la semana próxima, etc. Mediante estas respuestas la profesora puede realizar un mapa en el que puede ver qué estudiantes son excluidos, o solitarios, ya que de ahí parte todo tipo de violencia. Este mapa es muy efectivo para identificar también quienes pueden ser agentes de cambio positivo por su influencia con sus pares y ayuda a diseñar planes efectivos con los estudiantes de esa clase.
- Trabajar con los estudiantes pasivos: muchas de las acciones dirigidas a prevenir el “bullying” trabajan con las víctimas o con los victimarios. Sin embargo, muchas veces se ignora a los estudiantes pasivos u observadores. Si se trabaja con estos estudiantes y se les enseña la necesidad de intervenir en los casos de acoso, pueden disminuir mucho los problemas en aula, pues la influencia del grupo es mayor que la que pueda realizar cualquier adulto.
- Enseñar a ponerse “en sus zapatos”: dinámicas teatrales o de lectura que promuevan la empatía pueden ser muy efectivas para prevenir el acoso escolar. Basta con enseñar a los niños cuáles son los sentimientos de un niño acosado, y tratar de animarlos a pensar en soluciones desde el valor de la empatía.
- Canales de comunicación confidencial: muchos de los casos de “bullying” pasan desapercibidos por miedo de ser tildados de “acusetas”. Si el profesor puede abrir un canal de comunicación que sea totalmente confidencial y anónimo, se puede animar a los estudiantes a denunciar cualquier caso que ellos hayan presenciado y así tener conocimiento certero de actividades irregulares que puedan estar ocurriendo en el aula.
- Método del caso: este método es muy popular en las maestrías de negocios y de empresa. Los estudiantes analizan un caso real de éxito o fracaso para reconocer las variables que influyen en la toma de decisiones de las empresas. Esto también se podría aplicar en un salón de clases: el análisis de un caso ficticio de acoso o de otras conductas reprobables, puede permitir que los estudiantes observen con objetividad los comportamientos dañinos y que sepan identificar las posibles soluciones.
- Firma de acuerdos: una reunión a principio de año puede ser suficiente para que sean los mismos estudiantes los que sugieran cuales son las conductas esperadas, las normas de cortesía, y los valores compartidos. Luego todos firman el acuerdo comprometiéndose a cumplir con lo acordado por ellos mismos.
Sabemos que el origen del acoso escolar es complicado, y tiene mucho que ver con actitudes de inseguridad y baja autoestima. Sin embargo, con un poco de creatividad, y con la confianza de que todos podemos hacer un poco más, podemos que lograr que sean nuestros estudiantes mismos los que acaben con el acoso escolar en sus propios espacios.