Desde sus fobias hasta su negativa a filmar escenas de sexo y su reconciliación con la religión de su infanciaEl estreno de Los archivos del pentágono y la cercanía de Ready Player One sitúan a Steven Spielberg en primera línea de la actualidad cinematográfica de la temporada. De modo que aquí van algunas curiosidades sobre su vida y su obra que (quizá) no conocías
1. Mintió en su fecha de nacimiento.
Oficialmente su primer largometraje es Loca evasión (1974) aunque logró que el telefime El diablo sobre ruedas (1971) se estrenara comercialmente en cines en Europa. A Spielberg siempre le obsesionó filmar su primera película a la misma edad que Orson Welles que firmó Ciudadano Kane con 25 años. Spielberg nació en 1946 de modo que en 1971 tenía 25 años y en 1974, su debut oficial en cine, 28. Durante años estuvo falseando su fecha de nacimiento para dar la impresión de que al menos, El diablo sobre ruedas la rodó con 24 años.
2. Fobias
Por poco que uno escarbe sobre el tema en seguida descubrirá que Steven Spielberg es un maniático de mucho cuidado. La más conocida de sus fobias es que le tiene pánico a las alturas y cuentan que cuando era joven, si alguien lo miraba fijamente demasiado tiempo, su nariz comenzaba a sangrar.
3. Los oscar en Tiburón
Cuando la Academia de Hollywood se disponía a anunciar los nombres de los nominados a los Oscar en 1975 estaba tan seguro de que lo iban a nominar al mejor director que convocó a un grupo de periodistas para que fueran testigos de su reacción al escuchar su nombre. Tiburón fue nominada a mejor película, mejor montaje, mejor banda sonora y mejor sonido, se llevó los Oscar a estas tres últimas categorias pero nadie se acordó de Spielberg como director.
4. Carrera universitaria
En esencia, Steven Spielberg se matriculó en la Universidad para que no lo enviaran a la guerra de Vietnam. Como no tenía la nota suficiente no pudo matricularse en cine de modo que entró a estudiar Literatura pero nunca terminó sus estudios.
Posteriormente se matricularía en Cine y Artes electrónicas en la Universidad de California pero tampoco terminó esos estudios. 34 años después Spielberg presentaría La Lista de Schindler como proyecto fin de carrera para poder terminar la carrera.
5. Secretismo
Los continuos retrasos durante el rodaje de Tiburón y las filtraciones de su guion y hasta las imágenes del muñeco que simulaba ser un gran escualo blanco que nunca funcionaba convirtieron a Spileberg en un verdadero obseso de la seguridad y el secretismo en sus rodajes.
Al parecer un día, al acudir al set de Encuentros en la tercera fase, Spielberg se olvidó su identificación y las indicaciones de no dejar entrar a nadie convenientemente identificado habían sido tan claras que no dejaron entrar ni al mismísmo director de la película.
6. Un joven fuera de su honda
En los años en los que Spielberg se hizo un hueco en la industria resultaba muy habitual que las drogas camparan a sus anchas. Lo cierto es que Spielberg tuvo multidu de amigos durnate esa época y seguramente se rodeó de todo tipo de ambientes pero no se sabe que flirteara con ningún tipo de droga al contrario que reconocidos amigos suyos.
En este sentido Spielberge era un director atípico, no se drogaba ni tampoco andaba con sospechosas compañías únicamente veía y pensaba en películas. Esa era su droga.
Hasta La lista de Schindler siempre se difinió como una persona “apolítica” y “a-religiosa”. Sin embargo, la filmación de la película que le hizo ganar su primer Oscar lo cambió todo. No solo se reconcilió con sus raíces hebreas, sino que además se volvió una persona mucho más activa políticamente. Desde entonces nunca ha ocultado su favor hacia el partido demócrata del que además es un generoso donador.
8. Respeto al sexo
Durante años se negó a mostrar el acto sexual en pantalla entendiendo que era un momento de extrema intimidad y que rara vez estaría justificado. Se puede contar con los dedos de una mano las ocasiones en las que Spielberg ha mostrado el acto sexual en pantalla y siempre tiene una justificación bastante clara.
9. Amor a la música clásica
Como buen joven atípico de su época a Steven Spielberg la música que le gustaba era la música clásica. Por esta razón, su relación con el compositor John Williams ha sido tan fructífera y rica. Con Williams ha trabajado en todas sus películas desde Loca evasión con la excpeción de El color púrpura, El puente de los espías y Ready Player One.
En la primera Spielberg y Williams estuvieron de acuerdo en ceder las riendas de la banda sonora a un músico negro, para la ocasión, Quincy Jones. En la segunda Williams tuvo un problema de salud que lo dejó temporalmente fuera de juego y Spielberg, con el consejo de Williams, se decantó por Thomas Newman, hijo de Alfred Newman, uno de los músico predilectos de Williams.
En Ready Player One, de inminente estreno, Williams, con 84 años, llevaba demasiado trabajo a sus espaldas (la música de Los útlimos Jedis y Los archivos del pentágono) de modo que se optó por Alan Silvestri. Lo curioso de Silvestri es que la primera vez que Spielber escuchó una partitura suya, la de Tras el corazón verde, al director no le gustó nada. Bien es verdad que Silvestri ha cambiado monstruosamente desde entonces.
10. Fan de Scorsese
Entre Steven Spielberg y Martin Scorsese siempre ha habido una admiración mutua. Spielberg envidía el realismo y la poética de las películas del director de Taxi Driver y a éste le encantaría mover la cámara y manejar a los personajes dentro de una escena como lo hace Steven Spielberg.
Ramón Monedero