Se presenta como sanadora y experta en alimentación… ¡cuidado!
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Recientemente ha sido noticia en España la celebración de un congreso en Barcelona que, con el título “Un mundo sin cáncer. Lo que tu médico no te está contando”, ha presentado las ideas de las pseudoterapias de la Nueva Era sobre esta enfermedad. Las autoridades sanitarias han seguido de cerca el evento, ya que la difusión de estas doctrinas puede poner en peligro la vida de muchos enfermos.
Entre los que algunos medios de comunicación han calificado sin rodeos como “embaucadores” se encuentra Suzanne Powell, una mujer bastante popular en España e Iberoamérica, donde difunde sus propuestas a través de libros y conferencias (algunas de éstas, aunque parezca sorprendente, en espacios propiedad de la Iglesia Católica). En 2018 tiene previsto visitar EE.UU., España, México, Argentina, Ecuador y República Dominicana.
¿Quién es Suzanne Powell?
La verdad es que no hay “biografía oficial” de esta señora, ya que no da ni un dato sobre su vida en el apartado “Sobre mí” de su página web. La editorial que publica sus libros en España ofrece escasa información acerca de Powell: nacida en Irlanda y residente en España, escritora y conferenciante, protagonista de un “milagro” que sucedió cuando “con un pronóstico médico nada favorable decidió seguir su corazón”. Ha buscado un aura de misterio para ser más atrayente, está claro.
Se presenta como “sanadora zen y psiquiatra filosófica”, sea lo que sea esto. Suele contar que con 20 años le fue diagnosticado un cáncer terminal y, como otros personajes de este mundo de las pseudoterapias espirituales New Age, afirma que lo mejor que pudo hacer fue abandonar el tratamiento médico convencional y seguir una terapia zen… con la que se habría curado. Por supuesto, esto no lo ha demostrado nunca con un historial clínico o documentos.
Algunos la han vinculado a Curtis Cao Duy, que fue líder de la secta Energía Universal y Humana en España –un grupo cuyas doctrinas y prácticas tienen grandes paralelismos con mucho de lo que dice y hace Powell–, y el hecho de su exigua biografía da pie a que se especule así.
Las típicas doctrinas de la Nueva Era
Es muy significativo el título de uno de sus libros más difundidos –y traducido también al inglés, por cierto–: Atrévete a ser tu maestro. El resumen no puede ser más explícito: “La budeidad, la iluminación o el despertar significan lo mismo. Y se alcanzan cuando uno llega a la frecuencia o al estado de paz y calma en su mente, en su corazón, en su cuerpo y en su espíritu. Es justo el punto en el que uno consigue olvidarse de sí mismo y acceder a la nada y atravesarla para encontrarse en el todo. Allí se fusiona con la luz del amor incondicional”.
Cuando uno llega a esa fusión, explica Suzanne Powell, comprende la vida y se acaban todas las preocupaciones. Y se convierte en faro para los demás, en un maestro. Es lo que repiten, de una forma u otra, todas las versiones de la New Age: tú eres tu maestro, en tu interior está la verdad… porque en el fondo tú eres Dios. Todo ello adornado con términos orientales y científicos, para hacerlo más atractivo.
Sus “aplicaciones” en la nutrición y la salud
Suzanne Powell es famosa por su “toque zen”, una técnica de sanación que emplea de forma similar al reiki (imposición de manos para transmitir la energía universal). Y que imparte en dos niveles en cursos masivos. Como sucede tantas veces en la Nueva Era, la gurú se apropia de un término como es el zen –una escuela budista y una práctica de meditación– para referirse a otra cosa. En este caso, a la curación (o “sanación”, como prefieren decir).
También asegura dar, en sus ceremonias de “reset colectivo” (sesiones de 20 minutos de duración en las que participan, cada vez, 108 personas), lo que ella denomina “el toque mágico para mujeres que no logran embarazo”.
Como se ha contado antes, Powell afirma que sanó milagrosamente de un cáncer en su juventud. Es, según la plataforma RedUNE, “la perfecta justificación para poder presentar un modelo de ‘autosanación’ que sirva de guía a todas aquellas personas que, por un lado, la quieran imitar en su proceder y, por otro lado, deseen curarse de sus dolencias físicas, emocionales o mentales”.
Esta asociación alertaba hace cinco años de que la “maestra” había creado una red de “sanadores zen” en España y en otros países que visita con frecuencia. Así se garantiza un cierto monopolio de esta pseudoterapia inventada por ella misma, logrando tener un equipo de colaboradores que, a su vez, viven de este fraude. En algunos comentarios de su página web oficial puede verse cómo Powell recomienda acudir a sus discípulos de los países respectivos.
La doctrina que fundamenta su método sanador se basa en que sólo ella –única maestra en el ramo– puede abrir de una determinada forma los chakras (centros energéticos) del ser humano, ya que emplea unas frecuencias desconocidas por otros gurús. Y sólo así se puede lograr el “toque zen” cuyas bondades sanadoras predica.
Otra de las cosas en las que destaca Powell es en la denominada “nutrición ortomolecular”, una pseudoterapia ampliamente extendida, y con la que da consejos sobre cómo lograr la curación a través de la alimentación “consciente”, y hasta explica “cómo dejar de alimentar el cáncer” en un montón de vídeos muy difundidos.
Las barbaridades de sus libros
Powell es autora de la obra El cáncer. Una guía sencilla y práctica. En ella expone una serie de despropósitos sobre esta terrible enfermedad y, en torno a ella, “identifica cada posible problema y nos ofrece la correspondiente solución”. Llega a afirmar que debemos contemplar el cáncer “como un maestro que nos puede despertar a la Vida”.
En su faceta ya citada de pseudo-nutricionista se enmarcan al menos dos de sus libros: Menús conscientes. La dieta disociada simplificada y Alimentación consciente. La publicidad de la editorial asegura que sus páginas contienen “un tesoro de información sencilla y práctica, que no sólo puede salvarte la vida sino que además la puede hacer mucho más feliz”.
En Conexión con el alma. Uniendo cielo y tierra, la gurú plasma “la certeza de que vivimos en una realidad multidimensional y de que lograr la conexión con el alma tiene una importante repercusión más allá de esta vida”. Otras obras son la ya citada Atrévete a ser tu maestro, y El reset colectivo.
Su último libro también llama la atención por el título: Despertad, humanos. Ha llegado la hora. Parte de un mensaje “canalizado” –recibido de forma paranormal de parte de una entidad espiritual– por su hija de 15 años, con una llamada a la humanidad para cambiar de forma de vivir, proponiendo el amor incondicional como medio para “evolucionar como especie hacia la nueva Edad de Oro” –es decir, la Nueva Era–.
Una llamada a la precaución
Como es común en este ámbito de las pseudoterapias espirituales, muchas personas ponen sus esperanzas en supuestos “maestros” que son depositarios de un saber mágico superior, de unos poderes sobrenaturales que comparten con sus discípulos por un precio variable.
Sin embargo, la estafa económica no es el riesgo principal. Vivir en el engaño, en una percepción errónea de la realidad, es el primer paso para una vida autodestructiva que acaba distanciando a la víctima de sus redes sociales básicas: la familia y los amigos. Y cuando el seguidor es un enfermo –algo común en estas versiones de la Nueva Era–, está el peligro latente de que abandone sus tratamientos médicos para echarse en brazos del “sanador” de turno.
En el caso de Suzanne Powell, ella misma “deja claras” las cosas en su página web, de manera que ante un tribunal siempre podrá decir que ya avisó. Leemos, en un lugar bien visible en la portada y en negrita: “De acuerdo a la legislación vigente, el contenido del presente blog no sustituirá la apropiada asistencia médica, legal, financiera o psicológica. Así pues aceptas que el contenido del mismo estará sujeto a tu propia interpretación y uso”.
O en román paladino: ¿alguna vez te dije que dejaras el tratamiento? Demuéstralo. Nunca te lo dije explícitamente. Lo supusiste tú. Si te mueres… allá tú. Y así acaban algunas historias de enfermos, que nunca irán a los tribunales ni a los medios de comunicación.