Cambia un pequeño parámetro en los ajustes de tu teléfono. ¿Acudes al móvil cada tres minutos sin saber qué quieres consultar? ¿Necesitas tenerlo a mano en todo momento? ¿Lo empleas en momentos inadecuados? Si tus respuestas son afirmativas conviene que analices un poco más tu comportamiento y ver si tienes una relación de adicción con tu teléfono.
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Doce señales de adicción al celular
Las nuevas tecnologías no son malas de por sí. Como ya hemos indicado en otras ocasiones la clave se encuentra en su uso. Por eso, si detectas que estás enganchado a tu celular, los especialistas aconsejan tomar las medidas oportunas para acabar con esta adicción.
No se trata de tirar tu smartphone por la ventana pero sí de adoptar conductas y pautas que puedan ayudarte a desengancharte. La periodista Nellie Bowles propone una solución en un artículo publicado en The New York Times: cambiarse al gris.
Propone cambiar los ajustes de color del teléfono y optar por la opción escala de grises. Y es que al parecer, según el especialista en ética de la tecnología consultado por Bowles, Tristan Harris, la pantalla en gris es menos estimulante que la que muestra los colores vivos a los que todos estamos acostumbrados.
La periodista ha aplicado esta medida durante un par de días y comenta sorprendida que desde entonces ha disminuido su inquietud para revisar su teléfono.
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¿Qué significan los colores que usamos?
La neurociencia ha estudiado la influencia del color en nuestro comportamiento y asegura que los colores vivos nos atraen y nos producen placer.
Empresas como Instagram y Google han sabido aplicar este conocimiento a sus negocios y diseñan iconos e imágenes donde predominan los colores brillantes que tanto nos gustan. Y así nos convertimos en unos “enamorados” de nuestras pantallas.
Este enamoramiento que afecta tanto a niños como a mayores es ya un problema del siglo XXI por lo que cada día surgen más iniciativas para ayudarnos a limitar el uso de la tecnología.
Esta que hoy os presentamos es bien sencilla y por hacer la prueba no perdemos nada. Yo acabo de hacerla. He cambiado en los ajustes generales de mi teléfono a escala de grises.
De momento, puedo aseguraros que, mientras escribía este artículo no he tocado mi teléfono, aunque puede esto que tenga mucho que ver que durante todo este tiempo haya estado enganchada a otra pantalla, la de mi ordenador.