El Adviento es un tiempo de preparación en el que recordamos la llegada de Cristo en el día de Navidad, hace más de 2.000 años, pero también un tiempo en que anhelamos la Segunda Venida de Cristo al final de los tiempos.
Una de las oraciones más antiguas que se recitan durante este tiempo es, además, la más breve. La encontramos en el libro de Apocalipsis y es una de las últimas palabras escritas en la Biblia.
Maranatha, ¿qué significa?
Muchos académicos consideran que esta frase está íntimamente relacionada con la frase aramea ‘maranatha’, que a su vez ha mostrado tener varios significados.
El erudito bíblico Kenneth Bailey explica las múltiples interpretaciones que tiene:
Según se ha observado a menudo, esta última palabra puede leerse como ‘maran atha’ (nuestro Señor ha venido). Esta traducción se dirige a los lectores y afirma una realidad en el presente (él está aquí).
Las dos palabras arameas también pueden dividirse para leer ‘marana tha’ (¡Ven, nuestro Señor!). Así, es una petición dirigida al Señor resucitado con vistas al final de todas las cosas, suplicándole “¡Ven, por favor!”.
Una variante de esta segunda opción es “Nuestro Señor viene”. La expresión también mira el futuro, pero es más la declaración de un hecho que una súplica, y no va dirigida a Jesús.
Las tres opciones son lingüísticamente posibles.
Pasado, presente y futuro
Se puede encontrar esta palabra en varias fuentes de la Iglesia primitiva y en general se considera parte de la antigua liturgia.
Por estos motivos, la frase en español “¡Ven, Señor Jesús!” o en arameo “maranatha” supone una oración perfecta para la temporada de Adviento, ya que afirma la primera venida de Jesús en Navidad, al tiempo que es una oración por su Segunda Venida al final de los tiempos y nos recuerda a todos que preparemos nuestros corazones para su venida dentro de nuestras propias vidas.
¡Ven, Señor Jesús!