Mujer, el ser divorciada no te hace una mujer de segunda ni de lo peor. Pero recuérdalo bien, valórate y vive con la dignidad que mereces.Toda mujer independientemente de su estado civil debe ser tratada con dignidad y respeto y, sobre todo, si acaba de pasar por la terrible experiencia de un divorcio merece muchísima delicadeza, comprensión, caridad y nunca con juicios temerarios. Solo quien ha pasado por un divorcio sabe la locura que se experimenta.
Sabemos que el divorcio en dolor es el duelo numero 2 por debajo de la pérdida de un hijo. Por muy maduro que este haya sido e independientemente de que muchas veces la mujer aparenta sentirse “liberada” siempre habrá dolor porque el espíritu se fractura y, además, se viven pérdidas: de ilusiones, de promesas, de sueños, de un pacto de amor, de una familia, etc.
Es un dolor que nubla la razón y, si además de ese sufrimiento, hay que cargar con los juicios temerarios y las críticas de terceros que no entienden ni imagen el suplicio por el que está pasando, la cosa se pone más pesada todavía.
Te comparto solo algunos riesgos que son los más frecuentes por los que una mujer que se acaba de divorciar puede pasar. Aclaro, no digo que todas van a pasar por lo mismo. Son riesgos reales y factibles producto del estado emocional que ese proceso tan desgastante deja.
- Creer que sola no va a poder salir adelante y que necesita a un hombre a su lado para hacerlo. O bien, se empodera tanto que acaba denigrando a todo lo que huela a hombre.
- Experimentar sentimientos de una profunda tristeza que le puede llevar a la depresión y a vivir en un estado de ansiedad. Aislamiento porque su sentido de pertenencia se ha fracturado.
- Problemas en el trabajo. Debido a su inestabilidad emocional es más factible que comience a tener dificultades en su trabajo, con sus compañeros e incluso con su jefe.
- Quedarse sin “amigas”. Esta especie de locura interior es real y es muy difícil que las demás personas la comprendan. Entonces, ¿qué es lo más sencillo que los demás hacen? Alejarse en lugar de comprenderla… como si el divorcio fuera una enfermedad contagiosa.
- Tratar de vivir como una adolescente, salir hasta altas horas de la madrugada y comenzar a tener una vida desordenada o muy distinta a la anterior a su divorcio es fruto de esa sensación de “libertad” y de no darle cuentas a nadie.
- Creer que un hombre la va a rescatar. Buscar de una forma “casi desesperada” al príncipe azul que la salvará y la liberará de su dolor. En cada hombre ve un potencial para la solución de sus problemas.
- Comenzar a vestirse algo diferente de lo que estaba acostumbrada. Si antes no usaba escotes o faldas cortas, quizá ahora le encuentre el gusto por hacerlo.
- La mujer queda tan sensible y vulnerable que puede llegarse a creer todas las palabras lindas que cualquier depredador le diga. Incluso, con tal de sentirse rescatada y cuidada, le puede llegar a confiar todos sus bienes materiales con el riesgo de que le roben y abusen de su confianza. ¡Cuidado damitas! Hay hombres que solo están al acecho de mujeres con emocionalmente vulnerables para cazarlas.
- Confundir sexo con amor. Se dice que el hombre demuestra amor porque quiere sexo, pero que la mujer da sexo porque quiere amor. Nada equivocada esta afirmación. La mujer demuestra su amor entregando el cuerpo, el hombre no. Es importante que como mujer entiendas y aceptes el maravilloso valor y la dignidad que tu cuerpo posee.
Mujer, el mejor regalo que te puedes hacer es ser una persona recta, congruente, disciplinada y eso se logra a través de un estilo de vida coherente con tus valores. Sigues siendo un mujerón independientemente de esta experiencia. ¡Valórate, ámate, protege tu corazón con tu vida! No esperes a que alguien más lo haga. Y, sobre todo, nunca hagas nada que no pudieras compartir con tus hijos.