Los venezolanos regresan a los pagos “en especie” en pleno siglo XXI
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La falta de efectivo –cada día más grave- hace que en el comercio renazca la fórmula de intercambio de productos y servicios como mecanismo para saldar deudas. De hecho, desde hace semanas los cajeros no dispensan efectivo y, por taquillas, los bancos entregan un máximo de Bs 20, lo que equivale a céntimos de dólar, considerando que el dólar paralelo se cotiza en Bs. 55.216,67 y el € a Bs. 64.603,50.
Otro de los factores que inciden en estas anomalías tienen que ver con el poco escrúpulo –más bien descaro- de algunos comerciantes que pretenden cobrar hasta un 25% de comisión por recibir pagos con puntos de venta o transferencias electrónicas.
La gente ha involucionado al trueque. Ya Chávez, en vida, lo había vaticinado: “Debemos volver al trueque y, si es por salvar al socialismo, hasta hambre habrá que pasar”. Pueden verse personas cambiando productos de higiene personal por alimentos, servicios de peluquería por mini-mercados, mayonesa por plátanos o reparaciones automotrices por kilos de carne o pollo.
Otra modalidad es el intercambio por mitades, consistente en pagar una parte con dinero en mano y la otra con algún producto o servicio. “Lo que se está viviendo en Venezuela se cuenta y no se cree”, se quejaba la cliente de un importante banco capitalino cuando el gerente le dijo: “No han llegado remesas del Banco Central. Las bóvedas están vacías. Hoy no podemos cambiar cheques sino por Bs 5…” . Si un dólar ya roza los Bs 60 mil…calcule usted, amigo lector, lo que significan 5 bolívares.
Ricardo Hausmann, director del Centro de Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard y ex ministro de Planificación en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, ha criticado fuertemente la decisión del gobierno de empobrecer a la población priorizando el pago de la deuda externa. Hausmann, quien también se desempeñó como economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre 1994 y 2000, vaticina impagos por parte de Venezuela pues “el dinero que tenían para cumplir los compromisos externos se lo van a gastar en la campaña electoral del 2018”.
Toda esta situación está produciendo una verdadera estampida de gente fuera del país. La política económica es un disparate con tres tipos de cambio, el aparato productivo detenido, el país sin efectivo, el ingreso petrolero en baja, la producción de crudo en caída y las importaciones reducidas al mínimo. Hausmann puntualiza: “No se puede mantener un país, al límite de pobreza de 2 dólares al día y con 30 millones de habitantes, pues nos da una cifra inimaginable”.
Para darnos una idea del cuadro en Venezuela habría que recordar que la caída del PIB durante la Guerra Civil Española, el Período Especial en Cuba (1989 al 93) y la crisis en Zimbaue fueron menores que la que hoy experimenta Venezuela. De hecho, hay que decir que las hiperinflaciones de Argentina y Brasil –en su momento espectaculares- se quedan pequeñas ante la que ocurre hoy en el país.
La contracción económica arrasa cualquier aumento y se agrava por las políticas de controles, expropiaciones, confiscación de inventarios y de tierras agrícolas que mantiene impertérritas el gobierno socialista de Nicolás Maduro. Consultado sobre las posibles salidas al problema venezolano, Hausmann condicionó el proceso a la acción de la comunidad internacional, dejando de lado, por completo, la opción electoral y fue más allá: “No descarto, como un mecanismo para que eso sea así, el embargo o el condicionamiento de las exportaciones petroleras”.
Esto es, justamente, lo que el Grupo de Lima, junto a los actuales gobiernos estadounidense, canadiense y de los países europeos, podrían hacer viable. El mundo se está poniendo chiquito para el régimen que hoy impera en Venezuela