Protege a tus hijos para que no sean uno de ellos.Todo el mundo sabe que el porno en Internet está por todas partes y que es un peligro del que hay que ser consciente y que hay que evitar con un uso vigilante. Pero lo que quizás no sepáis es que vuestro hijo o hija de 8 años podría encontrarlo accidentalmente… De hecho, un nuevo estudio afirma que 1 de cada 10 visitas a sitios web de porno explícito son menores de 10 años.
“Según un estudio de la empresa de seguridad tecnológica Bitdefender, niños y niñas de hasta 10 años suponen ahora el 22% del consumo de porno en Internet de entre el total de menores de 18 años. La inteligencia interna de la herramienta de control parental de Bitdefender reveló que el grupo de menores de 10 años supone ya 1 de cada 10 visitantes a sitios de videos pornográficos. Incluso más perturbador: los lugares más visitados por niños menores de 10 años incluyen megaportales web que cuentan con categorías como ‘gang bang brutal extremo’, ‘agresiones mientras duerme’, ‘disciplina doméstica’ y ‘llorando de dolor’”.
Es algo horripilante. Nadie, independientemente de lo que opine sobre el consumo adulto de pornografía, piensa que está bien que los niños aprendan qué es una “gang bang brutal” antes de aprender a multiplicar. No está bien.
Y aun así, allá donde voy veo niños con tablets. Incluyendo en mi propia cocina.
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Durante años, hemos evitado los dispositivos dentro de nuestro hogar y prohibido su uso en otras casas. Pero ahora mis hijos tienen deberes escolares a través de varias aplicaciones y, a decir verdad, me gustan esas apps, los formatos y el hecho de que los niños disfrutan haciendo los deberes en las tabletas. Pero sé que desde su plataforma de ejercicios de lectura en línea están a uno o dos clics accidentales de encontrar porno explícito. Y tengo cinco hijos. No puedo estar pendiente cada minuto vigilando cada movimiento en la tableta. Así que, ¿qué podemos hacer los padres?
Primero, no desesperar. Nos tienta el querer encontrar una manera de dar marcha atrás en el tiempo y dar a nuestros hijos una infancia bucólica sin dispositivos electrónicos, pero no siempre es posible… y quizás tampoco sea preferible. La tecnología no va a desaparecer y, aunque el uso que hacemos de ella pueda cambiar, los dispositivos van a ser una parte de la vida de nuestros hijos antes o después. Así que, quizás lo mejor sea aprender a lidiar con lo malo mientras gestionamos lo bueno para ayudar a nuestros hijos a navegar por este nuevo mundo tecnológico.
Por fortuna, en 2017 disponemos de un software de control parental fantástico. La revista PCMag clasificó los mejores programas de este tipo en enero, así que podéis comparar las múltiples opciones por vosotros mismos. Pero mi opción preferida es Net Nanny, que viene con un paquete familiar que os permite filtrar y vigilar el contenido de todos los dispositivos (incluyendo los teléfonos móviles). El filtro es genial para los más pequeños y el seguimiento de los medios sociales es perfecto para adolescentes. También incluye una herramienta para limitar el tiempo de acceso a Internet entre todos los dispositivos, lo cual te permite establecer el tiempo de acceso que quieras para los niños y te ayuda a aplicarlo.
Os animo a que invirtáis en programas de software de filtrado si vuestros hijos tienen sus propios dispositivos. Cambiar la configuración del dispositivo en sí es insuficiente: los niños son veinte veces más hábiles con la tecnología que sus padres (preguntadme cómo aprendí que puedes organizar las aplicaciones en carpetas en el iPhone) y pueden cambiar esa configuración a lo que quieran y los padres ni nos daríamos cuenta. Tampoco basta con bloquear los datos móviles en una línea telefónica, ya que cualquier smartphone puede recibir señales wifi de cualquier sitio y los niños saben aprovecharse de esa circunstancia. Si decides no instalar software de filtrado pero todavía quieres poder llamar a tu hijo, da un paso atrás hacia la vieja escuela y adquiere un Nokia plegable o un Verizon GizmoPal. La mayoría de los teléfonos plegables solo pueden llamar y enviar mensajes de texto y el GizmoPal solo envía y recibe llamadas de números aprobados.
Por supuesto, si tu hijo es un auténtico cerebrito tecnológico, cualquier cantidad de bloqueos y filtros puede deshacerse o esquivarse. Por eso es importante ser sinceros con vuestros hijos sobre qué tipo de cosas pueden encontrarse en Internet, explicarles por qué es perjudicial para ellos y por qué intentáis protegerles de ese contenido. Tampoco penséis que por tener una charla sobre seguridad en Internet ya es suficiente. Debería ser una conversación continua, en la que vuestros hijos se sientan libres de haceros preguntas y viceversa, un diálogo que sea lo bastante frecuente como para que se sientan cómodos revelando algo que pudieran haber visto y les hubiera incomodado.
Recordad ser benévolos, porque al principio los niños no van por Internet buscando porno, sino que el porno va a buscarles a ellos. Necesitan protección, pero también necesitan aprender cómo y por qué deben protegerse de las imágenes sexuales tan generalizadas y destructivas. Y para eso no hay programas de software… es simplemente educación, la misma de toda la vida
Este artículo fue publicado originalmente en la edición inglesa de Aleteia , y ha sido traducido y / o adaptado aquí para lectores de habla española.