Visita obligada
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Como si fuese una parada necesaria en el ascenso al paraíso, la gruta de las Virgen de las Nieves en la ciudad de San Carlos de Bariloche es decididamente uno de los centros de peregrinación marianos más conocidos de la Patagonia Argentina. Ubicada en uno de los puntos de intersección más importante, cuando comienza el ascenso al cerro Catedral en una ruta que uno los maravillosos lagos Nahuel Huapi y Gutiérrez, es tanto para el barilochense como para el turista de la ciudad visita obligada.
Empotrada sobre una pared de viejo ladrillo, pero arropada por las rocas de la montaña, la Virgen de las Nieves lleva en sus brazos al niño Dios, quien en su mano sostiene las Sagradas Escrituras. Sólo la dorada aureola de María irrumpe con el blanco nieve de la imagen, a cuyos pies se llega tras subir una empinada escalera rodeada de imponentes y añejos árboles.
Este fin de semana tendrá lugar en su gruta la XXIV Peregrinación a la Virgen de las Nieves en Bariloche. Las actividades comenzarán el sábado 28 de octubre con un encuentro de adultos mayores y enfermos, y un encuentro artístico preparatorio para jóvenes y adolescentes frente a la catedral.
Ya el domingo, las columnas de las comunidades partirán hacia la gruta a las 8.45, para, tras un por momentos paradisíaco camino, celebrar la Misa en el descampado aledaño a la Gruta a las 12. Es que si uno camina desde el centro de la ciudad, o mejor aún desde el Llao Llao hasta la Gruta por la avenida Exequiel Bustillo, circunda la orilla del inmenso Lago Nahuel Huapi, uno de los más bellos y emblemáticos lagos de la Patagonia del lado argentino.
Cuando los más de diez mil peregrinos celebren a María de las Nieves en su gruta de Bariloche, habrá pasado una semana desde que la misma advocación, aunque con otra historia y ciertamente otra geografía circundante, haya sido celebrada en Sevilla, España. La Virgen de las Nieves salió en solemne procesión desde Santa María la Blanca el pasado domingo 22 de octubre, en el marco de la agenda cofrade sevillana.
Se trata sin dudas de una de las advocaciones marianas más antiguas, pero como es habitual, que adquiere un carácter propio en cada región. Incluso en la Argentina, los primeros datos de la devoción a la Virgen de las Nieves datan del origen de la ciudad de Buenos Aires, ciudad de la que es patrona.
En Bariloche, la imagen de la gruta tiene su origen en el agradecimiento de un teniente coronel de la Escuela Militar de Montaña. El 5 de agosto de 1945, día de la Virgen de las Nieves, Napoleón Irusta sufrió un grave accidente automovilístico. En agradecimiento por su supervivencia, hizo emplazar una réplica de una imagen que se veneraba en una parroquia de Buenos Aires, allí en la gruta hoy convertida en centro de peregrinación.
Desde entonces, tanto entre los militares como entre los montañistas, y entre los barilochenses en general, la Virgen de las Nieves se ha ido ganando un lugar en todos los corazones. Lo testifican los cientos de mensajes de agradecimiento que se ven en torno a la gruta.