Nos dicen que el cabello crece y que los tintes desaparecen, pero seamos sinceras, generalmente cuando sufrimos una mala experiencia en el salón de belleza no pensamos eso en un primer momento, todo parece una verdadera pesadilla, nos ponemos bravas con el estilista (a veces con razón y otras no), decimos que vamos a tener que escondernos en una cueva hasta arreglarlo y no dejamos de torturarnos diciendo: “Eso me pasa a mí por ponerme a inventar”.
Pero la verdad es que a veces un cambio de look es necesario y puede ser hasta refrescante en varios sentidos. Sin embargo, es importante hacernos ciertas preguntas antes de sentarnos en la silla del estilista para evitar posibles desilusiones y estar seguras que es el momento indicado para ese nuevo corte.
Muchas mujeres cortan su cabello cuando terminan una relación amorosa, empiezan un nuevo trabajo o van a empezar una etapa diferente en su vida. ¿Pero es eso realmente lo que tú quieres o lo haces por seguir esta especie de rutina social?
El corte debe ser, principalmente, para ti… no simplemente para agradarle a alguien más o copiar a cierta modelo que vimos en una revista (que no está mal tomar inspiración, pero es importante considerar la forma de tu rostro y tono de piel si vas a teñirlo).
Tampoco una razón debería ser “porque es lo que está de moda”, ya que, al igual que con la ropa, no necesariamente te irá bien a ti por tus características físicas. No te dejes guiar por el impulso y analiza si ese nuevo corte realmente va bien con tu tipo de rostro, personalidad y estilo de vida.
No me refiero a que tomarás un par de tijeras para retocarlo tú misma cada cierto tiempo, sino que a veces optamos por cortes que demandan mucho mantenimiento o tiempo para arreglarlo para que se vea medio parecido (con suerte) a lo que hizo nuestro estilista.
Por ejemplo, hay mujeres con rizos que optan por cortes asimétricos cortos que sólo se ven bien con el cabello alisado. Piensa bien: ¿Realmente tienes tanto tiempo para dedicarle a tu cabello? ¿Estás dispuesta a sacrificar minutos de sueño en las mañanas? ¿Cuáles son tus verdaderas habilidades con el secador y la plancha?
Aunque en diferentes niveles, toda relación humana se basa en la confianza y el respeto. No hay nada como tener a un estilista con el que te sientas a gusto y con el que estés segura que te va a aconsejar lo que verdaderamente te va bien.
A veces tienes la fortuna de tener uno ya de años (al que persigues aunque cambie de salón) que conoce perfectamente tu cabellera, tus gustos, facciones y hasta historia de vida; pero si no es tu caso, busca uno con el que sientas que haces clic o te haga sentir que sabe de lo que habla pero también entienda tus necesidades y requerimientos según tu rutina diaria.
Parece tonto, pero a veces en nuestro propio pasado podemos encontrar la respuesta del corte que necesitamos, ese que nos hacía sentir bellas, que la gente admiraba y que vemos con añoranza en las fotografías (que, por cierto, puedes llevar como referencia gráfica).
Pero también hazte la otra pregunta: ¿Qué es lo que no me gusta de mi cabello? Sobre todo si trabajas con un estilista nuevo, es importante que le digas lo que más te molesta de tu cabellera para intentar solucionarlo o mejorarlo con algún corte o tratamiento: ¿Es el frizz? ¿Es su textura? ¿Es la falta de volumen?
¿Teñirte el cabello unos días antes de ir a la playa? ¡Mala idea! (afectará el color y lo maltratará aún más, además que tu tono de piel será distinto y cambiará todo) ¿Hacerte un corte radical días antes de un gran evento (peor aún si habrá fotógrafos)? ¡También!
Es importante que hagas ese cambio en tu cabello en el momento indicado, no sólo a nivel emocional, sino también considerando los factores externos y la posibilidad de que aún haciéndote todas estas preguntas el corte pueda salir mal o no cubra tus expectativas.
Recuerda que quizá puedas donar tu cabello para colaborar con la realización de pelucas de alguna fundación. Así que aprovecha este corte de cabello para también cambiarle la vida a alguien más.