Aquí tenéis cinco gemas del santo papa polaco para reflexionarEn abril de 2018 se cumple el 13.er aniversario de la muerte de Juan Pablo II.
El pontífice polaco pasó de esta vida a la siguiente el 2 de abril de 2005 y su funeral se celebró el 8 de abril.
Sin embargo, su legado aún sigue vivo. Muchos creen que una de sus grandes contribuciones al mundo fueron sus exhortaciones sobre el amor y el sacrificio.
Juan Pablo II enseñaba constantemente que el mal presente en el mundo solamente podía ser derrotado imitando el amor y el sacrificio de Jesús en la cruz. Cualquier otra cosa, a sus ojos, inevitablemente se quedaría corta.
Era una creencia que sostuvo hasta el mismísimo fin de su vida, ofreciendo sus numerosos sufrimientos físicos como sacrificio de amor por el mundo.
Para ayudar a entrar en los días finales de la Cuaresma, aquí tenéis cinco frases de Juan Pablo II que destacan el poder oculto dentro del amor y del sacrificio.
1) “El amor verdadero (…) es exigente. Su belleza está precisamente en su exigencia. Sólo quien, en nombre del amor, sabe ser exigente consigo mismo, puede exigir amor a los demás”.
2) “La pregunta sobre el valor, la pregunta sobre el sentido de la vida –lo hemos dicho– forma parte de la riqueza particular de la juventud. Brota de lo más profundo de las riquezas y de las inquietudes, que van unidas al proyecto de vida que se debe asumir y realizar. Más todavía cuando la juventud es probada por el sufrimiento personal o es profundamente consciente del sufrimiento ajeno; cuando experimenta una fuerte sacudida ante las diversas formas del mal que existe en el mundo; y finalmente cuando se pone frente al misterio del pecado, de la iniquidad humana (mysterium iniquitatis) (cf. 2 Tes 2, 7). La respuesta de Cristo equivale a: sólo Dios es bueno, sólo Dios es amor”.
3) “Las tinieblas sólo pueden ser disipadas por la luz. El odio puede ser vencido únicamente por el amor”.
4) “Es vuestra la gigantesca tarea de derrotar a todo mal con el bien, intentando colocar siempre, entre los problemas de la vida, vuestra confianza en Dios, sabiendo que su gracia suministra fortaleza a la debilidad humana. Debéis oponeros a toda forma de odio con el invencible poder del amor de Cristo”.
5) “La oración unida al sacrificio constituye la fuerza más poderosa en la historia de la humanidad”.