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Una APP para evitar la ira

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Jaime Septién - publicado el 03/10/17
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El doctor Gregory Popcak –quien dirige en Estados Unidos el Instituto de Soluciones Pastorales , una organización dedicada a ayudar a los católicos a encontrar soluciones de fe para problemas matrimoniales, familiares y personales—ha “descubierto” una aplicación (una APP) para enfrentar los problemas que le genera la ira a un cristiano.

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Popcak, en su artículo de Catholic Exchange de esta semana—comienza por desechar el mito de que “un cristiano nunca debe enojarse”. Jesús, en Mateo 21, 12 o en Mateo 23, 33, se mostró enojado, pero se trataba de una ira vinculada a la gracia. El Catecismo de la Iglesia Católica dice que la ira no es ni buena ni mala por sí sola. “Si la ira es justa o pecaminosa, tiene que ver con si estamos enojados por las cosas correctas, por los caminos correctos y por los fines correctos”, recuerda Popcak.

Por lo demás, ¿cómo podemos asegurarnos de que expresemos nuestra ira de la manera correcta, por las cosas correctas y por los caminos correctos? “Afortunadamente, escribe el doctor Popcak, hay una APP para eso. Es decir, necesitamos verificar para estar seguros de que estamos haciendo una respuesta Apropiada, Proporcional y Productiva a la ofensa que hemos experimentado.

Apropiada. La primera de las cuestiones que tenemos que plantearnos, para usar esta “APP”, es la que corresponde a la “A”. ¿Es nuestro enojo una respuesta apropiada para la situación a la que estamos reaccionando? “Por ejemplo, si un amigo me dice, amorosamente. que lo he herido, podría sentirme enojado, pero: ¿tengo derecho a estar enojado?”, pregunta el articulista.

Y responde: “En este caso, no. Está trabajando por el bien de nuestra relación y respondiendo a sus preocupaciones con respeto. Si respondo con ira, estoy rechazando el intento de mi amigo de sanar nuestra relación”. Preguntarnos si nuestra ira es apropiada a la situación que enfrentamos, nos permite asegurarnos de entender la naturaleza de la ofensa percibida o comprobar, en primerísimo lugar, si realmente hubo una ofensa.

Proporcional. La primera “P” de la aplicación tiene que ver con que nuestra ira sea proporcional para encontrar una solución al problema que la generó. El problema quedará latente e incluso puede haber daños colaterales. “La proporcionalidad me permite asegurarme de que mi enojo resuelve problemas sin causar (o ignorar) otros problemas”, añade el doctor Popcak en su artículo de Catholic Exchange.

Productiva. Necesito expresar mi ira de manera tal que, realmente, propicie algo bueno; “para sanar una lesión o corregir una injusticia, o insistir en que recopilamos los recursos que nos ayudarán a asegurarnos de que el problema no vuelva a ocurrir”. Tenemos que hacer un esfuerzo para encauzar el enojo en algo que de verdad ayude a la relación y construya nuevas oportunidades.

Cuando nos sentimos enojados, lo primero que debemos hacer, antes de dirigirnos a aquél o aquélla con quienes nos distanciamos, es llevarlo a Dios y pedir así: “Señor, ayúdame a responder a este problema de una manera apropiada, proporcionada y productiva. Puedo arreglar el problema y traer verdadera curación a esta relación”.

El doctor Popcak termina diciendo en su breve artículo del portal digital estadounidense: “No tengas miedo. Sólo deja que Dios te enseñe cómo usar su APP, y así responder a la ira de manera apropiada, proporcional y productiva”.

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