Los nuevos beatos Jaramillo Monsalve y Ramírez Ramos serán recordados el 3 y 24 de octubre, respectivamenteJesús Emilio Jaramillo Monsalve, obispo de Arauca, y el sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, mártir de Armero, han sido declarados beatos por el papa Francisco este 8 de septiembre de 2017 en el terreno de Catama, Villavicencio en el marco de su viaje apostólico a Colombia.
El Papa pronunció el rito de beatificación y estableció que el 3 y 24 de octubre, respectivamente, se celebre la memoria de los prelados asesinados.
#PapaFrancisco problema beatos a monseñor Jaramillo y Cura de Armero, fiestas 3-4 octubre https://t.co/F0oXM7Fmqr pic.twitter.com/rLKWUpRoZI
— Aleteia (@AleteiaES) September 8, 2017
La celebración se llevó a cabo en latino y en español. Presentes numerosos fieles que vinieron desde varias regiones de los Llanos y de las aldeas indígenas además de congregar a las víctimas de la violencia.
“La reconciliación, por tanto, se concreta y consolida con el aporte de todos, permite construir el futuro y hace crecer la esperanza. Todo esfuerzo de paz sin un compromiso sincero de reconciliación será un fracaso”, expresó Francisco durante su homilía.
El pontífice, recordó que Jesús estará con Colombia y con los pueblos que buscan la paz hasta el final de los tiempos. “Esa promesa se cumple también en Colombia”.
Ahí, mencionó al obispo y al sacerdote asesinados y víctimas de la violencia en Colombia, que hoy ha sido proclamados beatos.
“Mons. Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, Obispo de Arauca, y el sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, mártir de Armero, son signo de ello, expresión de un pueblo que quiere salir del pantano de la violencia y el rencor”.
Francisco insistió para que los colombianos puedan decir: “sí a la reconciliación; que el sí incluya también a nuestra naturaleza”.
“No es casual que incluso sobre ella hayamos desatado nuestras pasiones posesivas, nuestro afán de sometimiento”, dijo en relación al cuidado de la Casa Común.
Durante el rito de beatificación se mencionaron varios signos biográficos de los prelados alzados a los altares.
Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, era el obispo de Arauca en 1989. Su obra evangelizadora en la región molestó a guerrilleros del ELN que lo torturaron y asesinaron.
La población encontró valentía y memoria de coraje evangélico en las palabras de monseñor Jesús Emilio Jaramillo, quien rompió la cadena del miedo en Arauca. Una zona que era flagelada en 1989 por las amenazas de las Farc y el ELN.
“Le tenemos miedo a los grupos armados. Todos nos tenemos miedo, todos nos callamos por miedo. Nadie ve. Y lo más grave hermanos, hasta matamos por miedo”, aseguró.
Cuando celebraba una jornada de evangelización en zona rural de Arauquita, guerrilleros del frente Domingo Laín del ELN lo asesinaron vilmente. “La gran enfermedad de Colombia se llama miedo. El miedo nos mató a todos”.
El obispo, alzado a beato por el primer papa latinoamericano, fue torturado, asesinado y su cuerpo abandonado cerca de la vereda Santa Isabel, pero su mensaje evangelizador se quedó entre los feligreses.
En estos momentos su beatificación, acompaña con luz nueva el deseo de paz en Colombia.
Reconciliarse es abrir la puerta a todas y cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto. Papa Francisco pic.twitter.com/CW8oJlI5Al
— El Papa en Colombia (@elpapacol) September 8, 2017
Por otro lado, el nuevo beato, padre Pedro María Ramírez se le conoce como el ‘mártir de Armero’, aunque realmente nació en La Plata (Huila), en 1989.
“Fue asesinado a machete, le cortaron la cabeza y jugaron con su cuerpo y con su cabeza. Quienes rescataron el cuerpo fueron las prostitutas, quienes lo cuidaron en el cementerio casi que como fieras para que no lo siguieran maltratando”, dijo el obispo de Garzón (Huila), Fabio Duque.
Al padre Ramírez lo persiguió una turba, en medio de las revueltas tras el asesinato del caudillo Jorge Eliécer Gaitán, en el tiempo del Bogotazo, que llegaron hasta la población de la zona del Tolima.
La multitud entró en la Iglesia, lo acusaron de tener armas y de proteger a los conservadores, pues su familia y su pueblo eran de esa filiación política. Luego le dieron muerte.
La expresión más clara de su santidad es que, en el momento de su muerte, perdonó a quienes lo mataban.
