Una gran mayoría de los monasterios tienen un claustro adosado a su iglesia abacial y algunas catedrales o colegiatas también disponen de uno. La forma arquitectónica del claustro no tiene una definición precisa o fija y, de un orden a otro, podrá tener diferentes funciones y construirse según situaciones específicas.
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Particularidades arquitectónicas
Concebidos a menudo en forma cuadrada según el modelo de los patios de las villas romanas, los claustros son galerías cubiertas que permiten a los religiosos transitar fácilmente. La apertura del claustro al cielo ofrece una dimensión acogedora para la acción del Espíritu.
A partir del latín claustrum, que significa ‘lugar cerrado’, terminamos hablando de monjes y monjas ‘enclaustrados’ o ‘de clausura’, es decir, que viven únicamente dentro de los límites de sus abadías.
El cuadrado, símbolo del Hombre
El claustro de un monasterio es una galería donde se transita y accede a las diversas actividades. En el arte cisterciense, el claustro es cuadrado porque “es la forma geométrica que simboliza al Hombre y sus cuatro dimensiones: corporal, intelectual, espiritual y relacional”, nos recuerda Sor Marguerite-Marie, hermana de Notre-Dame des Gardes en Anjou.
Para nutrir el cuerpo, la cocina y el refectorio se disponen a un lado; para nutrir la inteligencia, el scriptorium y la sala capitular se encuentran en otra ala; la bodega y la hospedería cierran este cuadrado y permiten a los religiosos acoger y tener una apertura hacia el mundo. El último lado del cuadrado se encuentra a menudo a lo largo de la iglesia abacial.
Locutorio
En un claustro no se habla donde queramos ni cuando queramos. Es un lugar de circulación y de encuentro, pero “en silencio”, recuerda Sor Marguerite-Marie.
Dependiendo de la arquitectura y de las reglas monásticas, es posible hablar bajo la arcada del claustro o en un ‘locutorio’, un lugar o una habitación concreta comunicada con el claustro.
El jardín del claustro
El jardín en medio del claustro se reviste del simbolismo del nuevo paraíso, así que la vida monástica trata de recrear en él la armonía unificada, como nos cuenta Sor Margarita-Marie, que añade que la fuente, que a menudo se encuentra en el centro, evoca a Cristo Agua Viva que nos da una nueva vida.
Algunos monasterios tienen sus cementerios dentro del claustro, mientras que otros tienen plantas aromáticas o parcelas de hierba.
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Plantas que curan
Este jardín simboliza la “Ciudad en las Alturas” porque “vuelve nuestra mirada hacia el Cielo”, explica la hermana.