El papa Juan Pablo I sonríe y agita con las dos manos para llenar la Plaza de San Pedro el 26 de agosto de 1978, tras aparecer en el balcón de la Basílica de San Pedro, poco tiempo después del humo blanco que salía de la chimenea de La Capilla Sixtina, indicando que los cardenales habían elegido un sucesor para el papa Pablo VI.
AP, foto de archivo