La historia de su compositor, John Newton, ha conmovido a generaciones enteras“Amazing Grace” es uno de los himnos cristianos más cantados en todo el mundo, pero la fuerza de sus palabras se hace aún más conmovedora al descubrir la historia de su autor.
La educación de John Newton (1725-1807), hijo de un comerciante naval y huérfano de madre a los seis años, fue un sonoro fracaso ya a los once años.
Su padre, desesperado ante la rebeldía de su hijo, le llevó como aprendiz en su barco, pero la idea se demostró pésima: la testaruda desobediencia y la arrogancia del muchacho no parecían tener límites.
Durante su adolescencia, bajo la influencia de un amigo, John comenzó a interesarse por la religión… para ridiculizarla visceralmente.
Desesperado ante su rebeldía, su padre le obligó a unirse a la Marina Real Británica, de la que se escapó en tres ocasiones hasta finalmente desertar definitivamente para verse con Mary “Polly” Catlett, una amiga de la que se había enamorado perdidamnente.
Humillado como desertor, pero con ganas de hacer dinero, John decidió entonces unirse a una tripulación de trata de personas humanas y se convirtió así en traficante de esclavos.
En sus viajes en barco, Newton se entretenía componiendo poemas obscenos, que se hicieron muy populares entre la tripulación.
Horas amargas
A los 23 años, el barco de los esclavos de Newton tuvo que afrontar una tremenda tormenta en el Atlántico Norte. Fueron horas terribles, en las que un marino fue engullido por el mar, cuando se encontraba precisamente en el sitio que le correspondía a John.
Por primera vez, después de muchos años, volvió a recurrir a Dios. Ahora bien, contrariamente a lo que podría parecer, fue una conversión paulatina. Por un lado, decidió casarse con Polly, pero por otro siguió participando en expediciones esclavistas.
Poco a poco comenzó a profundizar en la fe, estudiando teología. Después de siete años dejó la trata de esclavos y encontró un trabajo que le permitió estudiar para convertirse en pastor anglicano.
Con el tiempo se convertiría también en el gran impulsor, junto un miembro del Parlamento británico, de la campaña por la abolición de la esclavitud en el Imperio Británico, que culminó en la Slave Trade Act de 1807.
Se entiende así también el motivo por el cual los esclavos de los Estados Unidos encontraron una complicidad particular durante muchos años en la letra de este himno.
Melodía tradicional de Escocia
No nos ha llegado la melodía original compuesta por Newton. La interpretación más conocida de “Amazing grace” fue ideada en 1835 por William Walker, quien asoció el himno de Newton a una melodía tradicional escocesa titulada “New Britain”.
La historia de John Newton aporta una fuerza elocuente a la letra de “Amazing grace”, himno a la Misericordia de Dios, que es más grande que todos nuestros pecados. Siempre hay esperanza, pues la Gracia de Dios siempre es fiel.
Vuelve a escuchar “Amazing grace” en la interpretación del grupo vocal “Il Divo”, que aquí proponemos. ¡Atención! La fuerza de su mensaje puede producir escalofríos.
Amazing grace! How sweet the sound,
That saved a wretch like me!
I once was lost but now am found
Was blind, but now I see.
‘Twas grace that taught my heart to fear,
And grace my fears relieved;
How precious did that grace appear
The hour I first believed!
Through many dangers, toils, and snares,
We have already come;
‘Tis grace that brought me safe thus far,
And grace will lead me home.
The Lord has promised good to me,
His word my hope secures;
He will my shield and portion be
As long as life endures.
Yes, when this flesh and heart shall fail,
And mortal life shall cease,
I shall possess, within the veil,
A life of joy and peace.
The earth shall soon dissolve like snow,
The sun forbear to shine;
But God, who called me here below,
Will be forever mine.
— John Newton, 1779
¡Asombrosa gracia! ¡Cuán dulce es su melodía,
que salvó a un infeliz como yo!
Estaba perdido, pero ahora he encontrado el camino,
estaba ciego, pero ahora veo.
La gracia enseñó a mi corazón el verdadero temor,
y la gracia alivió mis miedos;
esa misma gracia hizo que parecería maravillosa
la hora en que creí por primera vez.
Hemos superado muchos peligros,
fatigas y trampas;
y fue esa gracia la que me salvó,
la que me trajo a casa.
El Señor me prometió el bien,
Su palabra garantiza mi esperanza,
Él será mi escudo y mi riqueza,
mientras me dure la vida.
Y cuando esta carne y corazón desfallezcan,
y la vida mortal termine,
Poseeré finalmente
la vida de alegría y paz
Un día la tierra se disolverá como la nieve,
y el sol dejará dejará de brillar,
Pero Dios, que me llamó,
entonces será mío para siempre.
— John Newton, 1779