¿Has tenido alguna vez un problema de ratones? ¿O quizás de cucarachas? ¿Una plaga de hormigas? Cuando una plaga de cualquier tipo infesta tu hogar, puede resultar de lo más molesto, si los bichos no terminan de desaparecer, llama al sacerdote
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Estas criaturas dan un nuevo significado al “sean fecundos y multiplíquense”. Y a veces parece que nos ganan en astucia, imaginación y perseverancia.
Por fortuna, la Iglesia reconoce tu dolor y, en su sabiduría, ofrece una “Bendición deprecatoria contra plagas” que puede ser pronunciada por un sacerdote. Así que, cuando una plaga sea fastidiosa e insistente, llama al exterminador… y al sacerdote.
El sacerdote delegado, revestido de sobrepelliz, y estola morada se dirige a los campos perjudicados por las langostas o por otros animales nocivos y dice:
Antífona: Levántate, Señor, ayúdanos; y líbranos por tu nombre.
Salmos 44,2: Señor, nuestros padres nos contaron, y por eso llegó a nuestros oídos…
Todos: Gloria al Padre…
Antífona: Levántate, Señor, ayúdanos; y líbranos por tu nombre.
- Nuestro auxilio está en el nombre del Señor.
- Que hizo el cielo y la tierra.
- Señor, escucha nuestra oración.
- Y llegue a Ti nuestro clamor.
- El Señor este con vosotros.
- Y con tu espíritu.
Oremos.
Te rogamos, Señor que escuches con bondad nuestras plegarias: para que, aunque justamente somos afligidos por nuestros pecados y padecemos la persecución de (los ratones o de las langostas, de las orugas o de los gusanos u otros animales), por la gloria de tu nombre, misericordiosamente, nos liberes de esa persecución; para que, expulsados/as por tu poder en adelante no hagan mal a nadie y dejen en paz y tranquilidad nuestros campos y nuestros cultivos a fin de que todos los frutos que de ellos surjan y nazcan, sirvan y den gloria a tu divina Majestad y ayuden a nuestra necesidad por Cristo nuestro Señor. Amén.
Oremos.
Omnipotente y sempiterno Dios, que premias todo lo bueno y el más misericordioso con los pecadores a cuyo nombre se inclinan todos los seres en el cielo, en la tierra y en los abismos; concédenos tu poder a nosotros pecadores para que así como obramos confiados en tu misericordia, de la misma manera consigamos por tu gracia su efecto eficaz para que tú maldigas a estos portadores de peste (ratones, langostas o gusanos o animales dañinos u otros animales) que nosotros pecadores maldecimos; escojas lo que nosotros escogemos y extermines lo que nosotros queremos exterminar y librados por tu clemencia de esta peste, libremente dirijamos nuestras acciones de gracias a tu majestad. Por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
Exorcismo
Os exorcizo pestíferos (ratones, langostas, orugas, saltones o gusanos u otros animales dañinos) por Dios † Padre Omnipotente, por Jesús † Cristo su único Hijo, por el Espíritu † Santo que procede de ambos, para que os alejéis rápidamente de nuestros campos y sembrados y no viváis más en ellos, sino que os vayáis a otros lugares en los cuales no podáis hacer daño a nadie; de parte de Dios Todopoderoso, de toda la corte celestial y de la Iglesia santa de Dios que os maldice, para que a cualquier parte donde vayáis, seáis malditos/as, que os acabéis de día en día y desaparezcáis de tal manera que no se encuentren más rastros de vosotros en ningún lugar, a no ser que sean necesarios para la salud y el uso de los hombres. Lo cual se digne concedernos el que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos y que vive para siempre. Amén.
Por último se asperja con agua bendita en los lugares infectados.