¿Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo o sin repetir “gloria”? Respondemos a la pregunta de una lectoraEn el Cántico Toda la creación alabe al Señor (Dn 3, 57-88. 56), que normalmente se recita en las laudes del domingo de la primera semana y en las solemnidades de la liturgia de las horas, encontramos:“Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo: Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos”.
Esta doxología es equivalente a esta otra:“Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén”.
Esta es una de las oraciones doxológicas oficiales de la Iglesia, es la que aparece en todos los libros litúrgicos y que, por tanto, debemos tener en cuenta.
Es una oración muy antigua que en un comienzo dela Iglesia fue recitada en latín. Dentro de las doxologías (oraciones de alabanza) encontramos esta doxología (Glória Pátri) llamada ‘menor’ para diferenciarla de la doxología mayor (Gloria in excelsis Deo).
El Gloria Patri es una oración eclesial que se recita al final de cada salmo en la liturgia de las horas, al final de cada misterio del Rosario y cuando rezamos uniendo el Ave María al Padrenuestro en que se concluye con un “Glória Pátri”.
Son palabras que dan gloria y alabanza a la Santísima Trinidad y expresan una unidad que no se debe separar o desconocer.
El dar “gloria” por separado a cada una de las tres divinas personas puede inducir al error porque separa la unidad trinitaria, o porque se jerarquiza una alabanza, o porque puede dar la impresión de estar dirigiéndonos a tres deidades, etc..
San Pablo le da gloria a Dios sin darla a las tres divinas personas por separado (Rm 11, 36; Ga 1,5; Ef 3, 21; Rm 16, 27; Judas 25).
Y así como, por ejemplo, no podemos iniciar la misa u otro rito diciendo ·en el nombre del Padre, y en el nombre del Hijo y enel nombre del Espíritu Santo·, o bendecir diciendo ·y la bendición de Diostodo poderoso padre, todopoderoso Hijo y todopoderoso Espíritu Santo”, o bautizara un niño diciendo ·yo te bautizo en el nombre del Padre, en el nombre del Hijo y en el nombre del Espíritu Santo”, así tampoco podemos decir “Gloria al Padre y gloria al hijo y gloria al Espíritu Santo”.
Ahora bien, lo que se puede aplicar en el ámbito humano y se aplica efectivamente, por ejemplo, al inicio de un discurso oficial y solemne en el que se saluda por separado una a una a todas las personalidades presentes, no se puede aplicar cuando nos dirigimos a la Santísima Trinidad en la oración para darle Gloria.