La buena noticia es que aún estás a tiempo de entrenar tu cerebro para vivir de forma más saludable.
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Desde los maestros yoguis a los reggeros rastafari, mucha gente reafirma el poder de la positividad sobre nuestras vidas. Buscar el lado bueno de los problemas nos deja más livianos y menos amargados. No todo el mundo se abre a ese lado espiritual, pero un científico y filósofo sostiene que los beneficios son más concretos de lo que te imaginas.
Steven Parton es científico de computación, pero también cursó Psicología en la Universidad. Su interés por la filosofía y la neurociencia lo ayudó con las cargas horarias durante el periodo universitario y también lo llevó a conclusiones espirituales y científicas.
Parton escribió un artículo explicando un poco sobre cómo el pensamiento positivo transforma nuestra actividad cerebral. Nuestros pensamientos se llevan a cabo por medio de sinapsis, conexiones entre las neuronas. La parte obvia es que cuanto menor es la distancia que los impulsos nerviosos necesitan recorrer, más rápidamente se formulan los pensamientos.
Lo que sorprende es saber que nuestro cerebro es capaz de adaptarse para facilitar las sinapsis a que estamos acostumbrados, acercando las conexiones más frecuentes. Es decir, el poder del pensamiento es capaz de influenciar físicamente nuestra composición cerebral.
Parton cuenta que es posible entrenarse para moldear esa estructura: esforzándose para encontrar el lado bueno de los problemas y aprender de ellos, facilitamos el camino para los pensamientos positivos en el futuro. Y hay más…
No sólo nuestros pensamientos afectan a nuestro cerebro. Los de las personas que nos rodean también. Parton afirma que usamos la imaginación para intentar reproducir los sentimientos de los demás cuando interactuamos -la famosa empatía. Entonces, cuando nos rodeamos de personas que se quejan mucho o dedican mucho tiempo a hablar mal de los demás, terminamos entrenando nuestras neuronas para actuar negativamente.
Un “culpable” llamado cortisol
Todo eso tiene consecuencias sobre nuestra salud: los pensamientos negativos son los causantes del estrés. Como respuesta, producimos una hormona llamada cortisol. ¿Qué es lo que hace?
La ciencia vincula el cortisol a problemas como dificultades de aprendizaje y memoria, disminuye la inmunidad y densidad ósea, favorece la acumulación de grasa, aumenta la presión, el colesterol y los riesgos de problemas cardíacos. También está relacionado con la depresión y otros problemas psicológicos.
Vale la pena leer el artículo completo, en inglés, para entender más. Entonces, la próxima vez que un problema se cruce en tu camino, recuerda: el pensamiento positivo no te ayuda sólo a enfrentar las dificultades con más ligereza, sino también ejercita el cerebro y protege tu salud.
Por Hypeness