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Para los niños de zonas pobres de México hay pocas opciones. Quizá una escuela destartalada, jornadas extenuantes de trabajo en labores agrícolas, irse a Cancún o a Acapulco para ser guías de turistas, apostarse en un crucero y hacer malabares con cuatro limones, cargar bultos en los mercados públicos… o, en zonas rurales, pasar pronto a la actividad ilícita.
Sin educar a la infancia
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) reportó, en su última encuesta nacional sobre trabajo y empleo, que en el país existen cerca de 2 millones de niños trabajadores (3.6 millones de niños, niñas y adolescentes entre los 5 y 17 años de edad, según UNICEF); pequeños que en lugar de tener un espacio de educación adecuado, están trabajando.
De acuerdo con el INEGI, al menos 7 de cada 10 niños de las zonas rurales del país llevan a cabo actividades prohibidas, lo cual quiere decir, simple y llanamente, que son "carne de cañón" de la delincuencia organizada, pronto integrados al narcotráfico, ya sea al cultivo, al trasiego o a la participación en bandas delictivas.
La población infantil que trabaja se concentra fundamentalmente en las áreas menos urbanizadas de México, y el porcentaje de trabajadores infantiles en estas zonas es también más elevado que en las más pobladas. La presencia de niños y niñas trabajadores menores de 14 años es las localidades más pequeñas supera a la de las ciudades.
De los niños y niñas trabajadores, 43 por ciento de ellos lo hacen en áreas urbanas, concretamente en el sector terciario de la economía, especialmente en el turismo. Entre las principales actividades que realizan los niños trabajadores se encuentran la venta ambulante, aseo de calzado, cargado de bultos, limpieza de autos y parabrisas y trabajo doméstico, entre otros.
Contra el "turismo sexual" y la explotación
Esto ha motivado a la Secretaría de Turismo (Sectur), y a los gobiernos de los estados de Guerrero y Quintana Roo (donde se encuentran los puertos internacionales de turismo de Acapulco y Cancún), junto con la organización internacional "Save the Children", a elaborar el Plan de Acción "Turismo Libre de Trabajo Infantil 2017".
Se trata de poner en marcha ludotecas para que los niños que se ven arrastrados a trabajar, por ejemplo pidiendo en los cruceros, puedan estar en espacios de aprendizaje no formal y en lugares seguros. Sobre todo en los puertos de acceso al turismo, donde la explotación sexual, el tráfico de órganos y la pedofilia se han vuelto una plaga.
Del total de niños y niñas ocupados en México 28 por ciento de ellos está expuesto a riesgos en su trabajo; es decir, unos 850 mil niños y niñas. Estos riesgos suelen ser polvo, gases o fuego; ruido excesivo; humedad o temperaturas extremas; herramientas peligrosas; maquinaria pesada; oscuridad excesiva; productos químicos; explosivos; y descargas eléctricas.
¿Las consecuencias? Desde luego, bajo rendimiento escolar, falta de asistencia regular a la escuela, violencia, maltrato, inicio temprano de la vida sexual (con la consecuente falta de información sobre las enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados), la explotación sexual comercial infantil, el consumo de drogas y la transgresión de las leyes. Un pastel para la delincuencia.
