Secuela en forma de cortometraje para recaudar fondos Antes de juzgar una obra, a menudo a la ligera, deberíamos averiguar o intuir las intenciones de sus responsables: no siempre son artísticas. Lo digo porque he leído algunas críticas extranjeras que juzgaban con cierta dureza Red Nose Day Actually, mini-secuela de la célebre Love Actually de Richard Curtis, pero rodada para televisión y con sólo quince minutos de metraje.
La realización de este corto tiene un único propósito: recaudar fondos con fines benéficos, en este caso por el “Día de la Nariz Roja”, evento que, si tiramos de Wikipedia y de otras fuentes de internet, nos apunta que fue creado en Reino Unido en 1988 y que detrás de su fundación (a través de Comic Relief) estaba, precisamente, Richard Curtis, guionista de culto y director de Love Actually, Radio encubierta y Una cuestión de tiempo.
Ese día se dispara la venta de narices rojas de payaso, cuya recaudación se destina a los niños en condiciones de pobreza. Algo parecido se hace aquí con la campaña “Un euro por narices”, donde el dinero recolectado es para la Asociación Española Contra el Cáncer.
Con esa premisa, sabemos de antemano que no se puede analizar este cortometraje desde el punto de vista artístico pues, una vez vistos sus quince minutos, comprobamos que todo gira alrededor del evento: los personajes hablan del mismo, compran narices de plástico y, al final, nos introducen imágenes reales de niños del Tercer Mundo riendo y recibiendo paquetes de ayuda, y a los actores del filme poniéndose esos apéndices, y unas cuantas personas abrazándose o estrechando sus manos. Una vez que hemos aceptado esto, podemos reflexionar sobre lo que hemos visto: un anuncio gigante.
Quizá la gran cualidad (y el éxito) de Love Actually fuese su condición de comedia que funciona a la perfección, y que además nos invita a pensar en la necesidad del amor, no sólo del amor entre parejas, sino entre padres/madres e hijos, y entre amigos, y entre personas condenadas a trabajar en equipo. La película de Richard Curtis no fue un triunfo por su veta romántica, sino por la vis cómica de sus actores y el mecanismo de su guión. Porque metía a personajes fácilmente reconocibles en problemas: el viudo que tiene que hablar con su primogénito, la mujer que descubre la infidelidad de su marido, el tipo enamorado de la novia de su amigo…
En Red Nose Day Actually volvemos a reencontrar a varios de esos personajes, no a todos porque, por ejemplo, recordemos que Alan Rickman falleció en 2016. ¿Qué ha ocurrido con ellos? Es lo que nos muestra el corto: nuevos miembros de una familia, nuevas parejas, nuevas vicisitudes y nuevos problemas, pero sin perder la sonrisa ni la esperanza que requiere algo con fines benéficos; es Hugh Grant, en su papel de Primer Ministro, quien mejor lo resume en la rueda de prensa del final al explicar las dos caras de la moneda de la vida, es decir, que estamos en dificultades pero que existen personas que ayudan a terceros (Dondequiera que vean tragedia, verán valentía también).
El corto no genera risas, si acaso sonrisas. Tampoco creo que fuese aquella su intención. Lo que trata de reflejar es que el amor también consiste en echarle una mano al prójimo. Así que debemos ver esta secuela con curiosidad, pero no con expectativas: los escasos minutos que aparece cada actor en pantalla no dan para más. Una curiosidad: en la versión británica que hemos visto no aparece Laura Linney, pero sí lo hará en algún plano de la versión norteamericana, que se retransmite el 25 de mayo.
Ficha Técnica
Título original: Red Nose Day Actually
País: Reino Unido
Director: Richard Curtis, Mat Whitecross
Guión: Richard Curtis
Música: Craig Armstrong
Género: Comedia / Cortometraje
Duración: 15 min.
Reparto: Hugh Grant, Martine McCutcheon, Keira Knightley, Colin Firth, Liam Neeson, Bill Nighy, Thomas Brodie-Sangster, Andrew Lincoln, Lucia Moniz, Olivia Olson, Marcus Brigstocke, Rowan Atkinson, Kate Moss