El domingo 28 de mayo se celebra la Jornada Mundial de la Comunicaciones Sociales y el mensaje del Papa es muy oportuno sobre este tema
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Los periodistas, locutores, reporteros, comunicadores sociales y medios informativos allegados a Iglesia católica en Venezuela no se resignan ante las dolorosas noticias que cada día se producen en el país, y que se virilizan en las redes sociales en contraposición con la objetividad y el deseo eclesial de difundir también noticias positivas.
Al tiempo que se cuestiona el sensacionalismo informativo, desde la iglesia venezolana se promueven reflexiones e iniciativas comunicacionales, para que los periodistas sean también “difusores de la esperanza en nuestro tiempo”.
¿Cómo dar a conocer la dura realidad venezolana, sin que el mensaje deje de ser profético y al mismo tiempo esperanzador para la gente? ¿Cómo ocultar que 58 o más personas hayan sido asesinadas a lo largo de dos meses de protestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro, al que todo un país le reclama libertades ciudadanas y el cese de la dictadura?
¿A caso la intolerancia política no fue alimentada desde el gobierno chavista en Venezuela? ¿Por qué guardar silencio ante la crisis humanitaria, caracterizada por el sufrimiento de la gente ante la falta de comida, medicinas? ¿Qué dice la Iglesia sobre la desmedida represión?
Estos cuestionamientos rondan en la cabeza de los periodistas católicos venezolanos y posiblemente de profesionales creyentes de otros países, en la medida en que se acerca el 28 de mayo, cuando la iglesia celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.
El Papa Francisco propuso como tema para este año 2017: “Comunicar esperanza y confianza en nuestros tiempos” “No temas que yo estoy contigo” (Is 43,5).
“Creo que es necesario romper el círculo vicioso de la angustia y frenar la espiral del miedo, fruto de esa costumbre de centrarse en las «malas noticias» (guerras, terrorismo, escándalos y cualquier tipo de frustración en el acontecer humano)”, escribió el pasado 24 de enero.
“Ciertamente, no se trata de favorecer una desinformación en la que se ignore el drama del sufrimiento, ni de caer en un optimismo ingenuo que no se deja afectar por el escándalo del mal”, dice. “Quisiera, por el contrario, que todos tratemos de superar ese sentimiento de disgusto y de resignación que con frecuencia se apodera de nosotros, arrojándonos en la apatía, generando miedos o dándonos la impresión de que no se puede frenar el mal”, acota el Papa.
Venezuela vive momentos difíciles
El padre Pedro Pablo Aguilar, director del departamento de medios de la Conferencia Episcopal Venezolana, tomando como referencia el documento papal, explicó para Aleteia que “año tras año hemos venido creciendo en propuestas para hacer de estas jornadas un momento importante, celebrativo y de oración para con el trabajo que realizamos como fieles discípulos misioneros comunicadores del Señor al servicio de la Iglesia”.
Considera que la comunicación es un eje transversal en la acción pastoral de la Iglesia, “de manera que vivamos y comuniquemos la Buena Noticia ante los desafíos históricos que se hacen presente en nuestra realidad pastoral en búsqueda de la comunión”.
“Vivimos momentos difíciles”, acota el sacerdote afianzado en la realidad que actualmente se vive en el país suramericano y que los Obispos no dejan de denunciar.
“Venezuela vive una fuerte crisis que abarca todos los sectores de la sociedad, una crisis que se agudiza cada día”, dice el sacerdote que también es comunicador social.
Aguilar asume que “comunicar en tiempo de crisis verdaderamente representa un gran desafío, pero solo con las herramientas y la preparación oportuna se puede realizar un trabajo de acuerdo a las exigencias y retos que se presenten”.
Entiende que “el mensaje del Papa Francisco, a quien reiteremos nuestro afecto y compromiso, es muy oportuno”. Explica que los periodistas “tenemos la posibilidad de compartir inmediatamente noticias y de difundirlas de manera capilar… pero está en nosotros decidir qué material le ofrecemos”. Considera que esto “no significa que debemos esconder la realidad”.
Pedro Pablo cree que se deben ensanchar los horizontes de esperanza en la vida de quienes se encuentran desconsolados y agobiados por los sinsabores de la vida. “La comunicación eclesial no es la emisión de mensajes abstractos, significa compartir la vida que debe ser evangélica, el testimonio de la Buena Nueva que es Jesús, protagonista de la noticia”, sostuvo.
Diversas iniciativas
En Venezuela, las propuestas para la jornada mundial de este 28 de mayo, se cumplirá con mayor énfasis en las diócesis. Se han realizado invitaciones especiales a los periodistas de los medios de comunicación seglares para orar junto a sus colegas católicos. También compartirán experiencias y realizarán talleres formativos para conocer la Iglesia, su estructura y medios de comunicación. Esto fomenta la hermandad y solidaridad entre profesionales de la información.
Cabe resaltar que, en los últimos meses, dado el protagonismo y el deseo de los obispos y de la iglesia en general para buscarle solución a la crisis que vive el país, el Episcopado Venezolano se ha convertido en una de las fuentes más solicitadas por los medios de comunicación.
Así también, las historias de sacerdotes, religiosos y religiosas que han tenido protagonismo en las protestas ciudadanas contra Nicolás Maduro, muchas veces han sido posible gracias al contacto facilitado por las oficinas de prensa eclesiales, algunas de éstas recién creadas.