Una respuesta efectiva que desembarcó en Latinoamérica y que demuestra que el acoso escolar no es divertido“Me hace sentir más seguro y más confiado. Las clases de KiVa me hicieron más empático y más social”, dice un alumno de 4º del Colegio Erik Erikson, en Querétaro, México.
El método KiVa (Kiusaamista Vastaan, en finlandés: Contra el acoso escolar). Así se llama este sistema creado hace unos años en Finlandia y que desde su implementación ha reducido drásticamente el acoso en las escuelas.
En ese sentido, este método desarrollado en la Universidad de Turku, al sureste de Finlandia, logró eliminar el acoso en cerca del 80% de las escuelas y lo redujo en el otro 20%, indica un informe elaborado por BBC Mundo.
Gracias a esto varios países de Europa decidieron ponerlo en práctica y también con buenos resultados. Pero recientemente varias escuelas de países de América Latina, entre ellos México, Argentina, Chile, Colombia y Perú, están empezando a usarlo.
¿Por qué es tan exitoso el método?
Una de las tantas razones que transforman este sistema en exitoso tiene que ver con el enfoque, pues además de trabajar con las víctimas y acosadores como se ha hecho de manera tradicional, “incorpora a los testigos”.
Así lo reconoce a ese medio Francisca Isasmendi, psicopedagoga y encargada del programa en el Colegio Santa María de Salta (Argentina), otro de los lugares de América Latina pioneros en la incorporación de este método en la región.
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“Cuando el grupo lo deja de apoyar y se queda solo, el acosador para”, sentencia Francisca, al hacer referencia al trabajo que implica involucrar a los testigos del acoso escolar para que colaboren en la solución del problema.
La situación queda en manos de un equipo especializado encargado de hacer el seguimiento de forma separada a la víctima, al acosador y a los testigos.
Pero también aparece el tema de la prevención. “Nosotros antes actuábamos cuando nos dábamos cuenta de que algo estaba pasando, cuando la leche ya se había derramado”, explica a BBC Mundo Iván Galindo, dueño y director del Colegio Erik Erikson en Querétaro.
“Ahora nos anticipamos al problema y es más fácil identificarlo, porque los niños ya saben de qué se trata”, agrega.
El trabajo de prevención también alcanza a padres y a los docentes, coincide Francisca
¿Hay diferencias para incorporar el KiVa en América Latina?
El bullying es un tema que va más allá de países y sociedades, pues en mayor o menor medida en todas se considera un tema a abordar. Pero también hay variantes con respecto al lugar.
Justamente, una de las cuestiones tiene que ver con la implementación de este programa en sociedades tan diversas como puede ser la finlandesa con respecto a alguna de América Latina.
Los especialistas coinciden que en el caso de la región se hizo primordial reforzar el trabajo con los profesores (por lo general menos autónomos que en otros países como Finlandia).
También fue fundamental la colaboración con las familias, que en América Latina es más recurrente buscar culpables antes que colaborar.
“Nosotros necesitamos que las familias participaran porque notamos que cuando lo hacían, veíamos cambios muchos más rápidos”, argumentó Francisca, quien reconoció que en la localidad argentina de Salta esto fue clave para agilizar los cambios.
Aún es muy pronto para determinar si en Argentina como en México y en la región este programa también arroja los resultados esperados.
Por lo pronto, el hecho de que haya sido exitoso en Finlandia y Europa representa una luz de esperanza también para América Latina, continente donde el acoso escolar aún sigue representando uno de los grandes temas a abordar a la hora de hablar de educación.
Y las cifras así lo avalan. En base a lo difundido en los últimos años por Cepal y Bullying sin Fronteras, el 32% de los estudiantes de Secundaria reconocen haber sufrido alguna ruptura de útiles u otros objetos llevados al centro educativo; un 37.2% de los chicos de sexto grado dice que fue insultado o amenazado y un 32% que fue maltratado físicamente, entre otros datos.