Cada vez es mayor la tendencia a tener una menor cantidad de hijos y más tarde, ¿por qué?
Con una población cada vez más envejecida es más difícil sostener el sistema de bienestar. Cada vez es mayor la tendencia a tener una menor cantidad de hijos y más tarde. Las causas son, entre otras, los altos costes de tener un hijo y la escasa ayuda por parte de los distintos niveles de gobierno.
Más costes, menos hijos
En el Primer Mundo los gastos por hijo son cada vez mayores, pero no de la misma manera. Mientras que en Estados Unidos, de media, las familias invierten 245.000 de dólares en el Reino Unido llegan a los 272.000. En España, según un estudio del año 2006 de la Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU), los costes variaban desde los 98.205 euros hasta los 310.274.
Los costes a partir de los tres años se disparan. Eroski Consumer y CEACCU calculan que se destina hasta 9.000 euros anuales en elementos como uniformes, libros o ropa. Ya entrados en la etapa que comprende entre los seis y los doce, la inversión aumenta por la demanda de productos tecnológicos como los videojuegos (10.000 euros). Luego se le añaden los móviles o las actividades extraescolares. Son tales los gastos y la poca cultura de conciliación laboral con la familiar en España que, según la profesora del IESE Esther Jiménez, el niño pasa de ser de una inversión a un gasto.
Las empresas que ofrecen productos al mercado infantil se han dado cuenta que la tendencia actual es la de menos hijos pero con un gasto mayor, tal como lo afirma el profesor de marketing de ESADE Carlos Torrecilla. Este sector del mercado, que supera los 190.000 millones de euros a nivel mundial y que se estima a que llegue en 2020 a los 236.000 millones, ha visto como los tarritos infantiles han llegado a suponer la mitad de su volumen de negocio en 2016.
Una generación quebrada
Uno de los efectos más negativos desde el inicio de la crisis ha sido el latigazo económico a las familias. La pérdida de renta mayor se ha producido en la de hogares compuestos por cuatro personas (26,9%). Este tipo de composición familiar, de dos hijos, es una de las mayoritarias en el país y la gran reducción de sus rentas significa un varapalo para la natalidad.
Otro grupo gravemente afectado ha sido el de los jóvenes, cuyas medidas para paliar los efectos de la crisis en ellos (falta de oportunidades, emigración…) por parte del gobierno son pocas.
Como dato curioso, según lo recoge el Banco de España (BCE), la riqueza media de los hogares españoles se encuentra por encima de la media europea. Esto se debe al alto porcentaje de ciudadanos que son propietarios de sus viviendas (80%), muy por encima del resto de países de la Unión.