“¡Sabíamos que podíamos amarla y amarla era lo más importante!”, dice la madre adoptiva de Maria.
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Un año después de adoptar a su hija, que nació sin brazos ni piernas, Adrianne y Jason Stewart decidieron compartir con el mundo la bendición que suponía que la pequeña formara parte de su familia.
El mes pasado, Adrianne publicó un vídeo en Love What Matters, un sitio dedicado a compartir historias inspiradoras. Maria, de ahora 3 años, decía su madre, “nos ha dado mucho más de lo que nosotros podamos darle. Está rebosante de alegría y de luz y es una inspiración para todos los que la conocen”.
Desde entonces el vídeo ha sido reproducido más de 800.000 veces y se ha compartido más de 7.000. Cuenta una historia que empezó cuando los Stewart, una familia de Utah, EE.UU., con dos hijas biológicas y un hijo adoptado de Filipinas, decidieron adoptar a otro más.
Aunque no habían debatido la adopción de un niño con necesidades especiales, la agencia de adopción les envió una lista de niños para los que tenían dificultades para encontrar un hogar, incluyendo una fotografía de Maria, que llevaba viviendo desde los 6 meses de vida en un orfanato para necesidades especiales en Filipinas. De inmediato les impactó la hermosura de su sonrisa y supieron que querían que la niña formara parte de su familia.
“Cuando encontramos a nuestra hija no pensamos que estuviéramos cualificados o suficientemente preparados como para educar a una niña como ella, una niña nacida sin brazos ni piernas, ¡pero sabíamos que podíamos amarla y que amarla era lo más importante!”, escribía Adrianne en su publicación.
Según informa CNN, los Stewart hicieron pública su historia para animar a otras familias a plantearse la adopción de niños con necesidades especiales y para alentar a las mujeres que tal vez se plantearan abortar niños de similar condición a que reconsideraran su decisión.
Maria, que, según describe CNN, va a prescolar dos veces por semana y trabaja con terapeutas ocupacionales, físicos y logopedas, ha hecho grandes progresos. “Le ponemos límites a sus capacidades y luego la vemos hacer exactamente lo que pensábamos que no era capaz de hacer”, escribía Adrianne.
Esta madre adoptiva, además, dejó claro que Maria no es la más afortunada en la situación: “Es una grandísima bendición tenerla en nuestra familia. Nos ha hecho a todos mejores personas. Nos ha enseñado a encontrar la alegría en las cosas pequeñas, a no estar tristes o decepcionados por lo que no tenemos y a no dar por sentadas las cosas que sí tenemos. Lo más importante que nos ha enseñado es que somos capaces de mucho más de lo que pensamos”.
Según el artículo de la CNN, aunque Maria “todavía no habla mucho, le encanta interactuar y jugar con sus compañeros de clase. Y, como cualquier otro niño normal, le encanta colorear, jugar con sus animales de peluche y de vez en cuando incluso bailar con la música rock de los 80”.