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Conoce al sacerdote del escultismo católico, el venerable Jacques Sevin

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Philip Kosloski - publicado el 17/03/17
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El francés que integró la fe católica en el escultismo, Baden-Powell le admiró

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Durante el pasado siglo, millones de chicos y chicas se han beneficiado de los diferentes programas de escultismo que les han enseñado habilidades básicas para la vida. Muchas de estas organizaciones de scouts extienden sus raíces hasta Lord Baden-Powell, un militar del ejército británico de principios del siglo XX que escribió un influyente libro titulado Escultismo para muchachos y cuya fama se extendió como la pólvora.

Con el éxito de sus innovadoras ideas para el desarrollo juvenil, Baden-Powell y su libro se convirtieron en los cimientos de un nuevo movimiento escultista internacional que llegaría a países de todo el mundo.

Pero cuando las ideas de Baden-Powell llegaron a Francia, algunos sacerdotes del país se mostraron escépticos con el nuevo movimiento y escribieron artículos criticándolo.

Sin embargo, un jesuita en Francia, Jacques Sevin, había estado siguiendo el progreso de Baden-Powell y no estaba convencido de que debieran desechar el escultismo. Sevin decidió que tenía que ir a la fuente misma, así que pidió permiso para viajar a Inglaterra y experimentarlo en persona.

Así pues, permitieron a Sevin permanecer durante un verano en un campamento scout para observar las recién formadas tropas de escultistas y conocer personalmente a Baden-Powell en 1913. La experiencia renovó el interés de Sevin en el movimiento y regresó a Francia con diferentes ideas para incorporar la fe católica en el escultismo.

Después de ser ordenado sacerdote, Sevin empezó a experimentar con sus ideas y comenzó a escribir un libro sobre el escultismo. Por fin, con el visto bueno de su superior, Sevin fundó una nueva tropa scout católica en 1918 y la consagró al Sagrado Corazón. El primer campamento oficial tuvo lugar en 1919 y ese mismo año vio la luz de una segunda tropa.

En su libro, que tituló Le Scoutisme, Sevin detalló el método de Baden-Powell y luego exploró de qué forma podía integrarse en él la fe católica. El objetivo de Sevin era fomentar el escultismo entre los jóvenes con la esperanza de desarrollar su fe e integrarlos profundamente en la Iglesia católica.

Entre sus figuras de inspiración estaban san Ignacio, santa Teresa de Ávila y santa Teresa de Lisieux. Sevin llegó incluso a adaptar y musicalizar una “Oración scout” basada en una oración de san Ignacio.

Baden-Powell se enteró de esta nueva evolución de su movimiento y quedó profundamente impresionado con la implementación de sus ideas por el padre Sevin. Tan deslumbrado estaba Baden-Powell que se dice que afirmó sobre el padre Sevin: “Él logró la mejor realización de mis propias ideas”.

A continuación Sevin cofundó la Fédération des Scouts de France en 1920 y más tarde se le conocería como “el padre del escultismo católico” debido a sus ideas innovadoras. Falleció en 1951 sosteniendo un crucifijo en su mano y diciendo a los que le rodeaban: “¡Sed santos, todos vosotros! Es lo único que cuenta”.

San Juan Pablo II reflexionó sobre la obra del padre Sevin en una carta a los líderes de la Conferencia internacional católica de escultismo (CICS) en 1998.

El encuentro entre el método scout y las intuiciones del padre Sevin, s.j., ha permitido elaborar una pedagogía basada en los valores evangélicos, según la cual se impulsa a cada joven a cultivar y desarrollar su personalidad, haciendo fructificar los talentos que ha recibido. La ley scout, al llevar a los jóvenes por el camino de las virtudes, los invita a la rectitud moral y al espíritu de ascesis, y así los orienta hacia Dios y los llama a servir a sus hermanos. Buscando hacer el bien, se convierten en hombres y mujeres capaces de asumir responsabilidades en la Iglesia y en la sociedad. En el seno de una patrulla, en los campamentos y en otras circunstancias, los scouts descubren al Señor a través de las maravillas de la creación, que están llamados a respetar. Hacen también una valiosa experiencia de vida eclesial, encontrando a Cristo en la oración personal, con la que pueden familiarizarse, y en la celebración eucarística.

El proceso para su canonización se abrió en 1993 y Sevin fue declarado “venerable” en 2012. Su vida es toda una inspiración y nos muestra cómo el escultismo puede integrarse con éxito en la fe católica. Muchas organizaciones de scouts en Europa se han inspirado en su ejemplo y su influencia empieza a notarse incluso en América del Norte.

Venerable Jacques Sevin, ¡reza por nosotros!

 

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