La preocupación por el medio ambiente se conjuga con el consumo halalSe trata de un nuevo modo de concebir el impacto de la actividad humana en el medio ambiente y plantear modelos respetuosos con él desde una perspectiva islámica. Un perspectiva que viene desarrollándose con fuerza en entornos de musulmanes conversos.
Siguiendo las evoluciones generales en cuanto a concienciación y cuidado del entorno, ha venido cobrando fuerza en algunos círculos de pensamiento musulmán el término eco-yihad. En él se engloban influencias muy variadas, dirigidas a conciliar las enseñanzas islámicas con la ecología y el consumo halal (lícito, permitido).
Cultura, historia, espiritualidad, filosofía, ecologismo, hermenéutica y teología coránicas son campos desde los cuales se desea reflexionar, en clave contemporánea, sobre las cuestiones vinculadas al consumo consciente y el respeto del medio ambiente.
Esta corriente pretende deshacer prejuicios sobre la convivencia, el bien común y la biodiversidad desde la tradición musulmana. Un enfoque que pretende ser global y que ha arraigado dentro de sectores conversos, muy receptivos ante los nuevos retos actuales.
Uno de ellos es afrontar la idea, a su juicio equivocada, de que el musulmán es ajeno al contexto en el que vive. Y que el Islam es una religión muda e inmóvil respecto a los problemas del hombre contemporáneo. La eco-yihad trata de lo contrario: de una toma de conciencia de los musulmanes respecto a la responsabilidad del medio en el que viven, de su modo de consumir y de la necesidad de ser coherentes con aquello en que creen y practican.
El uso aquí del término yihad puede resultar provocador. Y ciertamente lo es. Sin embargo, los que suscriben este nuevo modo de enfocar la realidad, desechan definitivamente su enfoque bélico. En su lugar, se proponen rescatarlo de su uso islamista para definirlo como el “esfuerzo por terminar con todo aquello que obstaculiza la paz”.
Y no sólo una paz interior, sino una paz social, una armonía con el entorno natural. Donde se lucha por la equidad y contra la corrupción de todo tipo.
Finalmente, este planteamiento no renuncia al componente revolucionario que es consustancial al Islam, en cuanto “religión de protesta centrada en la justicia”. Un islam en movimiento que debe abrirse a propuestas de resistencia y remodelación de un contexto contemporáneo globalizado y extremadamente violento.
Algunos autores, como Hashim I. Dokrat, proponen para ello un cambio gradual en el estilo de vida en las sociedades musulmanas, que han de recuperar su pasado más genuino de estructuras económicas tradicionales, respetuosas con la biodiversidad (gremios, caravanas, etc.), al margen del colonialismo y de la economía de mercado. Unos modelos que requieren el impulso de sociedades conformadas por personas capaces de integrar la dimensión sagrada con el medio ambiente y la justicia social, en un modelo de autogestión.
Así, la eco-yihad, se convierte en una forma de entender los retos medioambientales y del ecologismo que demandan las sociedades contemporáneas. Una línea de pensamiento y acción que no renuncia a su identidad religiosa, sino que incorpora la teología islámica y su tradición como referente que da sentido a todos sus planteamientos.
REFERENCIAS:
-LAGARRIGA, D. P.: Eco-Yihad, Bellaterra, Barcelona, 2004.
-DOCKRAT, H. I.: “Islam, muslim society and environmental concerns: a development model base don Islam’s organic society”, en FOLTZ, R. C. et alt (eds), Islam and ecology. A bestowed trust, Harvard University Press, 2003.