El estilo es la base para nuestra imagen personal, es la manera con la que nos presentamos a los demás.Cuando escuché esta frase del actor mexicano Jorge Lavat, se quedó grabada en mi corazón:
El pudor es la elegancia de la belleza”.
Claro, menos es más.
¿Y qué tal estas dos frases atribuidas a la diseñadora venezolana Carolina Herrera’:
La elegancia no se define únicamente por lo que usas; es la forma en cómo te comportas, en tu forma de hablar, en lo que lees”.
Algunos confunden desnudez y vulgaridad con sensualidad; quédate con el misterio”.
La imagen es lo primero que se ve en nosotros es por eso que siempre hay que cuidarla. Es muy importante que cada uno desarrollemos nuestro estilo propio de vestir tratando de no imitar a nadie porque de esa forma comunicamos quiénes realmente somos, hablamos de nosotros, de nuestra personalidad, de las virtudes que vivimos y de los valores que nos rigen; es nuestro sello personal.
Es decirle a los demás quiénes somos sin necesidad de pronunciar una sola palabra. Nuestra forma de vestir y nuestro estilo son como nuestra firma, única.
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El estilo es la base para nuestra imagen personal, es la manera como nos presentamos a los demás. La personalidad es todo lo que tú y yo somos en esencia y que muchas veces no sabemos reflejar al exterior.
Por lo tanto, primero necesitamos saber quiénes somos de verdad, reconocer los valores que rigen y soportan nuestra existencia para luego descubrir nuestro estilo de vestir y así proyectar al mundo una imagen correcta y congruente de nosotros.
Lo ideal es que nuestro estilo y personalidad vayan acorde, que haya coherencia porque es lo que nos va a diferenciar de todas las demás personas, además de que nos proyectaremos como personas seguras y equilibradas.
No se trata de vestir con ropa de marca, disfrazándonos con tal o cual prenda o maquillarnos como modelos. El poseer el vestido más caro o la ropa más elegante no nos hace más valiosos, no nos suma valor alguno a la dignidad que como personas ya poseemos ni nos da categoría alguna.
Lo que sí es muy importante es no utilizar ropa y accesorios de marcas “pirata”, es decir, imitaciones. Una vez más te recuerdo que nuestra manera de vestir y cómo lo portamos refleja nuestra personalidad y yo creo que lo que menos nos interesa es proyectar una personalidad pirata.
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Para realmente proyectar una imagen integral hay que vestir de adentro hacia afuera, es decir, desde nuestro interior hacia lo que queremos reflejar al mundo. Nos podrá vestir la mejor diseñadora y maquillarnos el mejor profesional, pero si tú y yo no tenemos una seguridad auténtica y una autoestima enraizada en nuestra dignidad como personas, en el momento en que nos quitemos esa prenda o nos desmaquillemos ese rostro -el cual es único y será irrepetible- seguiremos siendo las mismas personas, inseguras y grises, sin luz.
La siguiente vez que elijas una prenda de vestir es muy importante que te cuestiones: ¿Quién soy y qué imagen deseo proyectar al mundo?
Recuerda bien que la prenda que elijas debe de aportar y sumar a tu persona; esta debe de ir de acuerdo a tu edad y a tu cuerpo, a tu estilo de vida y dignidad. Que todo vaya en armonía de acuerdo a la persona que eres.
La imagen es congruencia; es transmitir dos cosas básicas: primero, reflejar lo mejor de ti, seguridad y dignidad – para los creyentes, la dignidad de hijos de Dios-. Y segundo, coherencia, es decir, que realmente la persona y la prenda son una misma.
Recuerda que la modestia y el pudor no son moda, son un estilo de vida.