separateurCreated with Sketch.

¿Qué pasa cuando los discapacitados deciden luchar para sobrevivir?

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Pablo Cesio - publicado el 10/02/17
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

Un documental plasma la reivindicación de los discapacitados en Bolivia, ¿finalmente hallarán “la paz”?La pregunta, la de luchar para sobrevivir, fue la que se hicieron los creadores del documental llamado “The Fight” (La Lucha) impulsado por United Notions Film, elaborado por Violeta Ayala junto a Daniel Fallshaw y que será difundido por el periódico británico The Guardian en las próximas semanas.

Fueron más de 350 kilómetros realizados en 35 días. La marcha de los discapacitados bolivianos comenzó el pasado 21 de marzo de 2016 y se extendió por varias semanas. El avance de estas personas se hizo en sillas de ruedas, con el apoyo de otros elementos y acompañados de personas cercanas a lo largo de la carretera y a pesar de las inclemencias del tiempo.

El objetivo fue llegar a la capital boliviana de La Paz desde la ciudad de Cochabamba. Lo lograron, pero nunca imaginaron que sus reivindicaciones tuvieran un triste final.  La instalación durante tres meses frente a la sede de la Casa de Gobierno, a la espera de una reunión con el presidente Evo Morales que nunca se dio, dejó como saldo la represión policial.

¿El motivo de las protestas? El pedido de un bono mensual de 500 bolívares (moneda local).

Los momentos de vigilia, represión y espera fueron registrados en este documental, cuyo tráiler fue presentado en las últimas horas a través de la plataforma Youtube.

El gobierno se mantuvo firme en su postura, no sirvió la renegociación y los discapacitados abandonaron la protesta yéndose con las manos vacías.

¿Qué pasa cuando los discapacitados deciden luchar para sobrevivir? Parte de la respuesta la muestra este documental, pero al mismo tiempo representa una gran oportunidad para reflexionar que una reivindicación social no tiene monopolio, que todos los afectados tienen derecho a tales reclamos cuando son justos y honestos. Pero muchas veces los costos pueden ser negativos y en este caso la represión bastante perjudicial.

Lo que aconteció a comienzos de 2016 fue un capítulo triste para los discapacitados en Bolivia y es de esperar que no vuelva a ocurrir.

Sin embargo, la perseverancia de estas personas a mediano plazo repercutió en un hecho positivo, pues el gobierno boliviano envío a fines del año pasado a la Asamblea Legislativa un proyecto de ley sobre la creación de un “Bono Municipal para las Personas con Discapacidad” que asciende a 250 bolívares mensuales, indica Los Tiempos de Cochabamba.  Por ende, estos recursos tendrán que ser financiados por las alcaldías.

Además, este proyecto de ley no se agota en estos bonos, sino que también toca aspectos como la inserción laboral, entre otras.

Así pues, en estos días que se recuerda aquella “sacrificada marcha” la ley sobre estos bonos vuelva a ser centro de debate, por ende, una buena noticia para los discapacitados en Bolivia.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.