Entrevista exclusiva a Pablo d’Ors, Fundador de Amigos del DesiertoRompe esquemas sin ser estridente. Pablo d’Ors medita. Es escritor y sacerdote, ha sido miembro del Consejo Pontificio de Laicos del Vaticano. Invita a meditar y a entender que amar significa dar… y recibir.
El silencio, ¿útil siempre?
Yo estoy persuadido de que hay enfermedades del alma, heridas que tenemos por dentro, sombras, que solamente se pueden curar con silencio, por la vía espiritual.
Por ejemplo, pierdes un hijo, algo muy extremo. Por la vía de pensar y actuar, esa herida no las vas a solucionar, esa herida sólo la vas a disolver, no resolver, por la vía de la contemplación y de la pasión.
¿Es un hombre más de silencio que de palabras?
Soy un hombre de la palabra, y del silencio, y creo que la palabra y el silencio me han acompañado siempre pero a medida que va pasando el tiempo la palabra va perdiendo protagonismo en mi vida y va adquiriendo mayor protagonismo el silencio.
Amar es la capacidad de dar y de recibir, no solamente de dar. En una cultura como la nuestra, la cristiana se ha subrayado mucho lo importante que es dar a los demás, ayudar a los demás, y se nos ha olvidado el “como a uno mismo”.
Tenemos que aprender a recibir, en la meditación lo que aprendemos es a respirar conscientemente, la respiración es un movimiento doble de inspirar y de espirar y este movimiento biológico reproduce el ritmo espiritual por excelencia que es precisamente el de la receptividad y el de la oblatividad.
He trabajado diez años como capellán en un hospital y una de las cosas que más me ha impresionado ha sido ver que lo más difícil para un enfermo, mucho más que el dolor físico, es el ser ayudado, el depender de otros.
La profecía hoy en el cristianismo es la mística, es decir, que la verdadera asignatura pendiente es el silencio, y que en el silencio nos vamos a encontrar todos.
Algunas citas para pensar…
Silencio, por favor
Palabra y silencio son las dos caras de la misma moneda. Para que una palabra, en este caso la palabra cristiana, la semilla del Verbo, llegue a su destinatario, tiene que haber sido precedida por un silencio.
Lo que más necesita la Iglesia católica en este momento es contemplación.
Papa Francisco
El Papa es un hombre de oración y de silencios porque de lo contrario no me podría explicar su capacidad de irradiación.
La única persona a la que yo he conocido y ante la que yo he sentido necesidad de agacharme, incluso de arrodillarme, ha sido el papa Francisco.
No se ha presentado, vamos a decirlo así, la vertiente terapéutica del cristianismo. A mi modo de ver, la palabra clave del cristianismo, si hubiese que quedarse con una sola palabra, sería Redención. (…) Significa cambiar de signo una experiencia negativa para convertirla en positiva. (…); que donde haya odio ponga amor; donde haya guerra ponga paz, done haya duda claridad…
Depresión, ansiedad…
Estamos permanentemente en ebullición y un coche si lo tienes permanentemente encendido se quema. Pues nosotros entramos en depresión, en estrés, en ansiedad, en frenesí…, porque estamos permanentemente encendidos.
El mundo necesita caridad y silencio.
El mundo lo que necesita es espiritualidad, y la espiritualidad no es otra cosa que el silencio. Y como decía san Juan de la Cruz: Dios es el silencio en el que resuenan todas las cosas.
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